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Tan pronto como escuché el nombre de Alexis, le envié un mensaje de texto a Victoria para hacerle saber lo que estaba pasando y corrí rápidamente al hospital.

Todo el camino comencé a pensar.

¿Y si Alex estaba muerto de una manera espantosa?

¿Sería capaz de salir del trauma?

Cuando llegué al hospital, la recepcionista me dijo que había tenia lesiones.

Alexis estaba apoyado contra la cama, conectado a la vía intravenosa, con una gran venda en el cuello.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas y parecía agotado.

Me sentí tan aliviado de verlo con vida que fui a sentarme en la silla junto a su cama.

── Alex, ¿qué pasó?  ─ yo pregunté.

Él parecía estar en una especie de shock. ── Fui atacado.

Él ahogó una respuesta.

Alexis miró la distancia como si viera algo que no existía.

── Sólo iba a traer un medicamento para un paciente. Estaba oscuro, así que encendí las luces y cuando fui al gabinete, alguien me golpeó por detrás. Cuando recuperé la conciencia, me estaban arrastrando de mi tobillo  ─ él dijo y luego sollozó histéricamente, apretando mi mano con fuerza.  ─ Estaba tan asustado, Iván. ¡Pensé que iba a morir!

Intenté consolarlo pero sus sollozos eran incontrolables.

── Le di una patada fuerte, pero era más fuerte. Había sangre por todas partes. Era un cuarto oscuro y frío  ─ él chilló.

── ¿Quién fue, Alexis?  ─ yo pregunté. ─ ¿Quién te hizo esto?

Él estaba diciendo algo incoherente, no podía entender nada.  ─ Me habría matado

── ¡Alexis, tienes que recordar quién lo hizo!  ─ dije.

Él me miró directamente a los ojos.  ─ Fue Rodrigo.

No tenía ninguna duda en mi mente de que era Roy, a quien Alexis se refería cuando dijo el nombre de Rodrigo.

Alexis definitivamente no era consciente de los gemelos.

Todos asumieron que Roy estaba muerto, así que era obvio que Rodrigo era el culpable.

La rabia corría por mi cuerpo.

¿Cómo pudo Roy hacerle esto a su propio hermano?

¿No había sufrido Rodrigo lo suficiente?

Si esto continua, Rodrigo sin duda podría ser ejecutado por delitos que no había cometido.

Roy estaba muerto para el ojo público.

Me quedé con Alexis hasta la noche, y cuando se quedó dormido, salí para tomar un café.

Vi a Rocío regañando a un pobre asistente médico.

Cuando me vio, sus expresiones se volvieron relajadas.

── Iván  ─ se me acercó.

── Doctora.

Nunca la llamaba así a menos que estuviéramos en compañía de los superiores.

── Estoy tan contenta de verte, Iván  ─ dijo. ─ ¿El agente Auriga te dijo todo? 

Le di un asentimiento.

── Aunque me gustaría escucharlo de ti.

── Quiero que vuelvas aquí, a trabajar conmigo ─ Rocío dijo con lo que asumí que era sinceridad.

𝗠𝗘𝗡𝗧𝗔𝗟 𝗔𝗦𝗬𝗟𝗨𝗠 (𝗿𝗼𝗱𝗿𝗶𝘃𝗮𝗻)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora