N/A: Confieso que amo a Camila en este fic. Espero que a ustedes también les guste.
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Newcastle upon Tyne, Inglaterra — Marzo de 2020 (5 meses para la graduación).
Aquella noche el restaurante estaba lleno y yo, como hija buena y educada, me mantuve corriendo de un lado a otro con los pedidos en la mano. La toalla al hombro y las bandejas compitieron entre ellas por el puesto principal de "estorbar a Lauren Jauregui". Las mesas estaban ocupadas al cien por cien y el bullicio era inevitable. A los ingleses parecía gustarles mucho la idea de comer pizza los viernes y, por supuesto, quizás te preguntes qué tiene que ver la paella —una comida típicamente española— con las pastas. En realidad, ninguno, pero los Jauregui hacían pizza como nadie, la realidad es que hace dos años cuando nos mudamos a Inglaterra, mi padre no tenía idea de que hacer pasta ayudaría tanto con nuestros ingresos y que se convertiría en algo permanente e incluso cómodo.
No éramos ricos ni nada por el estilo. Al principio, mi figura paterna se había mudado por un ascenso laboral, pero aquella empresa terminó quebrando y, en consecuencia, poniendo a mi padre en la calle. El proceso de indemnización continúa hasta el día de hoy y este es el momento en que ninguna señal de libras ha llegado a nuestras manos.
El restaurante surgió casi de milagro, cuando Danielle —nuestra fallecida y solitaria vecina italiana— estaba al borde de la muerte y sin nietos ni ningún familiar cercano que pusiera cuidado al viejo bar, le ofreció una propuesta de compra a Michael —mi padre— por alguna tontería, afirmando que estaba en su lecho de muerte y que necesitaba dejar ese antro —como ella misma lo llamaba— al cuidado de alguien que pudiera transformarlo en algo mejor.
La Pizzería Jauregui's tenía casi dos años de existencia y estábamos en nuestro mejor momento, los vecinos ya conocían el lugar y al parecer lo estaban promocionando lo suficiente para que personas de otras zonas vinieran a probar nuestra comida. Parecía una locura pensar en cuánto habían cambiado nuestras vidas en sólo un año y en cómo trabajaron tan duro mis padres para que nuestro traslado a Newcastle no se convirtiera en un completo infierno.
Y no cambió.
—Lleva este a la mesa tres y luego vuelve por las cervezas. —Ordenó el gordito de mejillas sonrojadas con una divertida mirada paternal. Era sin duda el mejor padre que cualquiera podría imaginar tener.
—Sí señor. —Respondí de manera juguetona y con una risa cómplice que incluso noté reír a algunos clientes cercanos, me perdí entre las mesas con la pizza ya en la mano, concentrada en encontrar a través de los números mi próximo destino esa noche.
Cuando miré esos ojos marrones disfrutando de una copa de vino mientras hablaba con ese chico, Noah, en medio de la mirada celosa de un hombre latino de cabello gris, que supuse que era su padre —por el parecido con las fotografías que vi posteadas en sus redes sociales. Mi mundo pareció derrumbarse y juré que me había detenido a mitad del camino, pero sabía que me estaba moviendo.
A veces me dolía el alma pensar que faltarían poco más de cuatro meses para que terminaran las clases y cinco meses para que nos levantáramos la bata y entonces todo estaría condenado a la nada, ella y Noah seguirían con su romance, probablemente se irían juntos a una de las universidades más caras del país... ¿Y yo?
Este amor platónico lo guardaría para siempre en mi memoria, con el sabor amargo de poder haber llegado a ella, al fin y al cabo, ella se sentaba a mi lado todos los días durante dos largos años y yo no hacía más que ponerme los auriculares en los oídos e ignorarla, limitando toda nuestra relación a pedir prestadas tijeras, pegamento o aclarar dudas sobre el asunto.
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Camila - Camren (+18)
FanfictionUna dulzura con latentes refinamientos de maldad, eso es todo lo que tengo por decir sobre ella, sus teoremas de "Cadmilos" y nada más. Si hubiera sabido lo engañosas que eran las apariencias, habría tenido más cuidado contigo y con ese nombre obsce...