Camila - Camren (+18)

XX

N/A: Amanda está en la portada, ella es la actriz Maddy Cline (de la serie Outer Banks) y les voy a pedir que usen su imaginación porque la actriz tiene ojos marrones y el personaje tiene ojos azules, o sea, edité la foto.

Corrijo los errores más tarde, ¿vale? Ingnóralos.

¡Buen llanto, ups, perdón, buena lectura! Prepara los pañuelos.
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La cobardía es un camino unidireccional hacia el egoísmo. —Camila (fanficción)

Punto de vista del narrador.

Martletwy Village, Gales — diciembre (6 años después de la graduación y el cumpleaños de Keana Marie Issartel)

Se quedó mirando el vaso de whisky al azar, rodeando el borde del vaso mientras hacía muecas pensativas, el inseparable cigarrillo seguía encendido en la otra mano. Apoyada en el balcón de la mansión que hoy sólo servía como centro administrativo de Dragon Wine House, vio a su hija correr escaleras abajo, entre Marcus Göretz y Sofia Cabello.

Tomó un sorbo del líquido naranja, acompañado de suspiros y miradas melancólicas, de fondo, el sonido de tacones seguía resonando y resonando, tratando de analizar la habitación con cada estallido.

—¿Cuánto tiempo vas a permanecer así? —La voz de Dinah Jane resonó seria, pero un poco preocupada, mientras miraba la fotografía de Charlie tirada sobre la mesa llena de papeles, contratos importantes y horarios confusos.

Estaba claro que trabajó demasiado.

Llevaba un mes seguido trabajando sin parar con varias cargas de horas extras.

—¿Permanecer cómo, Dinah? — Inhaló el cigarrillo, soltando el humo por la nariz.

—Sin nadie. Hace años que no sales, ¿cuándo fue la última vez que besaste en la boca, Camila? ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste en un bar a charlar? Tienes veinticuatro años, ¡maldita sea! ¡Y está entregando toda su vida a un trabajo mientras se olvida de sí misma!

Apretó la mandíbula, ya habían tenido esa conversación antes.

—Estoy bien sola. —La voz resonó sinceramente, porque...

De hecho, ya se había acostumbrado. No hacía tanta falta como muchos imaginaban, tener a Charlize cerca era suficiente, concentrarse en el trabajo era suficiente y trabajar más de 56 horas a la semana también era suficiente.

Por eso tu mente terminó olvidándose de las tareas diarias, porque no hay cuerpo que pueda soportar semejante peso.

Cubrir las vacaciones de alguien importante la estaba dejando abrumada.

Pero ella necesitaba ese ascenso.

—Estás trabajando demasiado. —La rubia se cruzó de brazos.

—¿Y qué quieres que haga, Dinah? ¿Q renuncie y deje de pagar las cuotas escolares de Charlize? ¿Que no le permita a mi hija tener los juguetes que quiere? ¿O que pueda tener una vida cómoda? ¿Tienes idea de cuánto cuesta el seguro médico?

Silencio.

—¡La vida adulta no es un cuento de hadas, Dinah! Lo sabes, pero todavía no tienes un hijo que mantener. —Mantuvo un tono firme, aún dentro del control emocional. —Los niños pueden enfermarse en cualquier momento, los niños necesitan ropa, medicinas, comida, los niños gastan mucho dinero Jane, sé que parece mal decirlo así, ¡pero es la puta realidad! ¡Si dejo de trabajar, mi hija no tendrá qué comer o tendrá que privarse de muchas cosas! Ya no soy una maldita adolescente que depende de sus padres, tengo cuentas que pagar, ¡tengo una vida que depende de mí, Hansen!