Un breve silencio adornaba aquella habitación, dormida en una camilla siendo observada con delicadeza por un joven de cabellos rojos y mirada del mismo tono se encontraba Kanao descansando luego de aquella batalla que tuvo recién.
Se veía cansada pero no presentaba algún problema o algo por el estilo, y eso de cierto modo tranquilizaba al pelirrojo, continuo viéndola por unos minutos más hasta que ella dio señales de despertar, hasta que lo hizo.
Abrió sus ojos con algo de pesadez preguntandose donde se encontraba y cual había sido él resultado de aquella lucha, aunque claro, la respuesta ya la sabía. Así, que una vez que sus ojos se acostumbraron al brillo de la habitación fue que pudo distinguir a aquel pelirrojo que en secreto había cautivado su corazón.
- Tanjirō. - la pequeña Kanao dijo su nombre.
- Despertaste. - el joven con su mano derecha acariciaba amablemente la frente de la chica ocasionando en ella un sonrojo rebelde que fue apreciado por el muchacho. - Solo dormiste diez minutos, yo te traje aquí para que te repusieras.
Ella no dijo nada de momento, solo disfrutaba las caricias que el joven le daba hasta que la puerta de aquella habitación se abrió violentamente, dos figuras habían ingresado, dos mujeres, dos hermanas preocupadas.
Gritando su nombre una vez entraron.
- Tienes visitas. - fue el comentario del joven.
- Kanao, ¿Te encuentras bien? ¿No estás lastimada? - fueron las preguntas un tanto escandolas de una de ellas, el joven logró reconocerla, se trataba de una profesora de los de segundo años.
- Voy a matar a esos dos idiotas, mira que obligarte a entrar en este ridículo torneo. - esta vez fue la más pequeña en estatura, se mostraba como una mujer encantadora aunque de un carácter fuerte.
- Kanae, Shinobu. - la joven no sabía que decir, precisamente porque aún se encontraba el joven con ella, por lo que los nervios la invadieron.
- Tranquila. - la amable voz del joven capto la atención de las tres presentes. - Pasaré a retirarme, supongo que tus hermanas quieren hablar contigo, les daré su espacio, una vez te sientas lista puedes buscarme en el palco, iré a presenciar el combate de Zenitsu.
El joven dio una leve palmada en el hombro derecho de Kanao mientras que en un delicado movimiento depósito un tenue beso en la frente de la chica, acción que fue vista por sus dos hermanas generando aún más preguntas.
- Espero no haber robado mucho de su tiempo, Soy Kamado Tanjirō, compañero de Kanao, me retiro.
De ese modo el joven salio de aquella sala, su pecho tenía contracciones arritmicas, su corazón latía como el de un caballo.
¿Que había hecho?
[•••]
Mentiría si dijera que no estaba nervioso, estar rodeado por cientos de personas que no tienen ni idea de quién eres pero que aún así tienen una gran espectativa con respecto a tu persona, era algo que le daba pavor, no se sentía capaz, tenía miedo, estaba asustado.
¿Que debía hacer?
- MUY BIEN MI QUERIDO PUBLICO. - el presentador albino se mostraba más emocionado que en el primer combate. - ESTAMOS A PUNTO DE PRESENCIAR El SEGUNDO COMBATE DE ESTA PRIMERA ETAPA, MI DISCIPULO AGATSUMA ZENITSU CONTRA TOKITO MUICHIRŌ. Y EL ESCENARIO PARA ESTE ENCUENTRO ES NADA MAS Y NADA MENOS QUE LA REPLICA DE LA ERA TAISHO DE LA CIUDAD DE TOKYO.
Apodada como la era de la rectitud, una era que no duró más de catorce años y que significó un gran cambio político en el país en aquel tiempo, con su edificación y civilizacion en movimiento a la modernidad y pensamientos liberales. Un escenario un tanto peculiar.
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Cambios
FanfictionEn la ciudad capital de Japón, Tokio, se vive la buena vida de cualquier persona común, una ciudad como todas las demás, en la que ciertos asesinatos han sido cometidos.