En la ciudad capital de Japón, Tokio, se vive la buena vida de cualquier persona común, una ciudad como todas las demás, en la que ciertos asesinatos han sido cometidos.
El ambiente era tenso, dos jóvenes de edades similares se observaban con total hostilidad, uno protegiendo a su compañera y el otro aparentemente con problemas de temperamento.
- ¿Quieres luchar conmigo? Es el primer día, ¿Seguro que quieres ser humillado el primer día? - el joven de ojos verdes preguntaba esbozando una enorme sonrisa. - Porque para mí será todo un placer, rojito.
- Oye, no es necesario que peleemos, fíjate muy bien en tu entorno, estamos causando un escándalo. - Kamado decía tratando de apaciguar las cosas.
Y no era mentira, varias personalidades veían espectantes la situación. Algunos hasta querían ver el desenlace, vaya gente problemática.
- Inosuke por favor, no busques problemas. - Para sorpresa de Tanjirō Kanao conocía al susodicho.
- Espera... - Tanjirō volteó a ver con duda a Kanao. - ¿Lo conoces?
- Es mi primo. - ella respondió. - Le diré a mi tía si no te comportas, incluso si Shinobu se llega a enterar.
La voz de la chica detonaba cierto nerviosismo, no está acostumbrada a encarar a su primo, y menos defender a otro hombre de él.
- Silencio, no metas a esas dos en esto, no es necesario. - él la apartó del pelirrojo. - Pero si quiero luchar con este tipo, estaba muy pegado a ti primita, necesito ver si es alguien digno de estar cerca a un pariente mío.
- ¿Te das cuenta que solo dices estupideces? - Tanjirō pregunto al de ojos verdes. - Ya te pedí disculpas por haber tropezado contigo, no es necesario un escándalo o algo similar, si te vas a ir con Kanao está bien, solo no causemos problemas, es el primer día por dios.
- No, yo iré contigo. - Kanao volvió al lado de Tanjirō. - Inosuke por favor, comportate.
La expresión del joven de puntas azules era sorpresiva. Y soltó una enorme carcajada.
- Bien, es cierto. - el joven se paró derecho y señaló al pelirrojo. - Pelearemos en el torneo anual de nuevo ingreso, en el cual se decidirá a los participantes para el torneo interescolar, así que te veré ahí, espero no me decepciones.
Y de esa forma el joven se retiró del cafetin.
El ambiente de hostilidad se había apaciguado, el resto del alumnado algo decepcionado volvió a su rutina, el almuerzo.
Entonces Tanjirō habló.
- ¿Torneo? ¿Tendré que lucha enserio con él? - el pelirrojo le pregunto a Kanao.
- No sé, ni yo sabía que había algo así en esta escuela. - la de ojos amatistas tenía la cabeza cabizbaja y luego se inclinó. - Lamento el mal comportamiento de mi primo, enserio lo siento tanto.
- No te disculpes, no es algo que tú puedas controlar. - el joven levanto la cabeza de la chica del mentón, ocasionando que estos dos quedaran con la vista pegado al otro. - Participaré, supongo que también hay beneficios si entro a ese torneo, una especial de beca no me caería mal, así que sonríe.
Para Kanao, era la primera sonrisa sincera que recibía de un chico, estaba acostumbrada a ser deseada de forma lasiva, pero en esta ocasión ver a Tanjirō le causó un pequeño hormigueo en su estómago, y sus ojos destilaban cierto brillo.
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La sonrisa de Tanjirō va a ser algo que recordara toda la vida.
Era extraño para ella, no estaba acostumbrada a lidiar con otros jóvenes, pero... ¿Por qué con Tanjirō era tan diferente? Prácticamente lo acaba de conocer ese mismo día, pero muy en el fondo de su corazón era como si ya se conocieran de antes, ella sentía que podía confiar ciegamente en el pelirrojo frente a ella.
Y fue cuando un vago recuerdo vino a su mente.
" - Creo que tú corazón habla en voz baja, ya sé, decidamoslo de esta manera. - la voz de un joven que no conocía y sin ver su rostro le decía.
- ¿Que cosa? - la voz de una joven idéntica a ella preguntaba con cierta duda.
- Si a partir de hoy escucharas lo que dicta tu corazón. - el joven toma una moneda y alejándose un poco de ella dice. - Elijo cara, si sale cara escucharás a tu corazón.
Y la moneda fue lanzada, ella espectante al resultado se encontraba nerviosa, dudosa y emocionada por el resultado, y entonces, la moneda cayó.
Cara.
- Creo que gané. - el joven se acerca a la muchacha, y este toma sus manos. - Recuerda, el corazón es lo único que mueve a las personas así que a partir de ahora escúchalo."
No sabía el porque de eso a su mente, ya que no había pasado por una situación similar antes, solo sabía que está persona frente a ella sería su más fiel amigo y confidente.
°°°
Algo alejado de las mesas del cafetin un hombre de cabello extravagante observaba con atención lo sucedido, dispuesto a intervenir si es que había una riña entre ambos estudiantes, esbozo una sonrisa alegre y sus adentros pensó que esa propuesta hecha por el joven de nombre Inosuke era interesante.
Ciertamente ya había sido levemente advertido para que vigilara al pelirrojo, y se evidenciaba la emoción que sentía en este momento.
- Tomioka. - aquel hombre con u celular pegado a su oreja se comunicaba con otra persona. - Mi salón tiene prueba de actitudes físicas contigo, quiero que me des los resultados de un alumno en específico.
°°°
El breve descanso había terminado y llegó el cambio de clases, ahora tocaba las clases de actitudes físicas, por lo que el alumnado se encontraba en los vestidores del colegio, colocandose ropa más cómoda para lo que corresponde a la clase.
Y de esa forma todos salieron al campo.
- Me presentaré una vez, así que presten atención. - un hombre alto de cabellera negra y ojos azules, vistiendo un traje deportivo azul hablo. - mi nombre es Giyu Tomioka y seré su profesor de educación física, como sabrán el primer día quiero hacer un pequeño test para saber si condición física, así que las pruebas de hoy serán meramente de rendimiento.
- Disculpe profesor. - Un joven de cabellos rubios con leve terminando color mostaza, de ojos asustados pregunto. - ¿Es cierto que habrá una especie de torneo para los de nuevo ingreso?
- Primero, vuelve negro tu cabello y segundo, si. - el pelirrojo estaba atento. - Será un torneo de selección final.
