10.

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OMNISCIENTE—

El pelinegro, hermano de la protagonista miró a Manjiro con una sonrisa, el verlo rogar por su hermana lo hacía sentir realmente bien, después de todo él tiene la culpa de todo por negligente, su hermana sufrió por él y ahora él sufre por ella.

«Ojo por Ojo» pensó, sonriente.

Andrew suspiró y se cruzó de brazos, recostandose en la silla para sentirse cómodo antes de hablar, sin aún borrar su sonrisa sacó su celular y marcó el número de su hermana.

— Vaya, vaya, malévolo cucarachón se nos puso sentimental... —comentó con burla antes que el teléfono dejara de timbrar y se escuchara la voz de Mirai algo entrecortada por la señal— buenos días querida hermana, ¿qué tal todo por allá?

Cuestionó con burla hacía su hermana, quién bufó y amenazó con cortar la llamada.

— Mira Andrew, si no tienes nada que decir cortaré, mamá está presionadome para salir con el hijo de su amiga, quien no se calla ni un segundo y ya llevo dos horas sentada aquí. Así que si vas a estar molestando mejor hablamos luego.

Manjiro al escuchar la voz de Mirai sintió su corazón estrujarse, no pudo evitar sentirse feliz de volver a escuchar la melodiosa voz de la que alguna vez fue su esposa, era increíble el vacío que esa mujer le había dejado.

Andrew rió entre dientes y después miró a Manjiro con una sonrisa burlona, antes de hablarle a su hermana, ya sabía él que no estaba en términos de querer hablar, lo comprendía, después de todo "ese" chico no era para nada agradable. Podía decirse que hasta Manjiro era más soportable qué él.

— Querida hermana, te tengo algo que te va interesar... —en su voz se notaba el entusiasmo de la situación, le parecía un gran chiste que Manjiro y Mirai volvieran a hablar, o bueno, su hermana era capaz de colgar la llamada.

— ¡Ja! Dudo que sea así, pero bueno, habla de una vez por todas. —responde Mirai con algo de gracia.

Andrew se quedó en silencio, miró a Manjiro y le entregó el celular para que hablara, pero Manjiro se negó a hacerlo. Se sentía avergüenzado de hacerlo, pero solo quería que todo volviera a ser como antes, y sobretodo el que Mirai se enamore de alguien más, tal vez merecía ser feliz con otra persona, pero no podía aceptarlo, él no.

Manjiro suspiró y acercó el celular a su oreja, a los pocos segundos se armó de valor par hablar, pero ahí se dió cuenta de cuán enojada se encontraba Mirai por su persona.

— Ha pasado tanto tiempo ¿no? —dice con tono alegre Manjiro, pensando qu así iba a ser tratado también.

— ¡Tú! Maldito perro estúpido, repugnante hijo de tu madre, espero que te parta un rayo y que Haruchiyo te tire al mar para ser un buen aperitivo para los tiburones, aunque te vomitaran a los segundos después. Sería hermoso escuchar que el karma te ha golpeado por ignorante. —suspiró— ¿cómo está Minjiro?

Andrew rió al escuchar las palabras de su hermana, aveces podía causar miedo, pero por dentro era una linda y tierna mujer, Manjiro lo sabía perfectamente, la inocencia de esa mujer fue la que lo enamoró.

Manjiro se tomó unos minutos para poder contestar, le habían tirado tremendo testamento qué ahora mismo estaba tratando de asimilar cada palabra cruel qué Mirai había dicho, pero no se sintió mal, de hecho eso era poco a lo que se merecía por perder a tremenda mujer que era aquella chica, qué a pesar de los errores y el como la conoció la ama y acepta que el error lo causó él y está decidido a remediarlo para volver a ser la familia feliz de siempre, sin secretos ni nada por el estilo.

LA MUJER DEL REY | 𝑴𝒂𝒏𝒋𝒊𝒓𝒐 𝑺𝒂𝒏𝒐 [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora