08.

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OMNISCIENTE—

La mañana había llegado, Mirai se levantó de la cama y sin si quiera lavarse la cara salió de la habitación qué había tomado la noche anterior, en dirección a la que alguna vez había sido suya y Manjiro, sin importarle si estuviese ahí se adentró en ella para poder asearse e irse del lugar, para su sorpresa Manjiro no se encontraba en ella, facilitándole más las cosas.

Salió de la habitación y bajó al primer piso, para ser especificos al comedor, donde para su gran sorpresa se encontraban todos reunidos, su hijo, esposo o bueno, dentro de poco ex esposo, Dasuri quien la miraba con superioridad y sus dos hermanos gemelos, los cuales ni la voltearon a ver. Minjiro al ver a su madre cabizbaja recordó lo sucedido en la noche anterior y el como sus padres iban a separarse, no sabía la razón de ello, pero estaba preocupado por su madre.

¿Qué hizo ella mal para pasar por esta situación? La respuesta era nada, pero ahí fue cuando se percató de Dasuri, ella había tenido algo que ver en esa discusión.

Podía decir que no lqña conocía, pero ya no le agradaba para nada.

El pequeño rubio se levantó de su asiento ignorando el llamado de su padre y abrazó a Mirai con todas sus fuerzas, para así romper en llanto.

— Mamá no te vayas... —sollozó, aferrándose aún más a su madre— no quiero que me dejes solo aquí, no quiero estar solo con papá, también te quiero a tí...

Decía el pequeño con dolor, casi atascandose en sus palabras. Mirai lo miró con una pequeña sonrisa algo entristecida y lo abrazó con todas sus fuerzas para brindarle un poco de amor por última vez, era la última vez que lo vería en mucho tiempo, a ella también le dolía separarse de su pobre angelito, no quería dejarlo aquí con su padre, pero tampoco podía llevárselo, Manjiro se volvería loco y terminaría haciéndole daño tanto a su hijo como a ella, no iba a permitirse que eso llegase a pasar.

Mirai se puso de cuclillas frente a su pequeño y le limpió el rastro de lágrimas qué iban de sus pequeños ojos color azabache a sus rojizas mejillas por tanto llorar, acarició su cabello y besó su frente para después tomarlo de las mejillas.

— Volveré por ti, mi niño, ten en cuenta que te quiero mucho y siempre lo haré, veré si es posible llamarte por las noches, no te preocupes por mí, mamá estará con abuela, ella estará muy protegida —decía entre una risa alegre, qué pasó a ser llanto— nunca me olvides pequeño, a pesar de las cosas yo jamás lo haré de ti. Te amo...

Al terminar se levantó y miró a Manjiro con seriedad, ignorando sus ojos cristalinos, qué amenazaban en llorar, pero no lo hizo, se mantuvo fuerte frente a él para hablarle con tanta seguridad.

— Sabes Manjiro, aprecio mucho tu decisión, aunque no esté de acuerdo con ella, espero que puedas reflexionar y que no estés equivocado esta vez porque cuando sepas que no todo el mundo es tu enemigo ya será muy tarde.

Manjiro ni le dirigió la palabra después de escucharla hablar, miró a Sanzu y este le indicó que la llevara ya a la salida, no quería oírla más, estaba harto de ella ya, ¿Por qué razón? Simple, Dasuri le había dicho que vió a Mirai con un chico cuando esta salió y para echarle más leña al fuego tenía pruebas, aunque eso era falso en cierto punto, ya que ese chico misterioso era el hermano menor de Mirai, al menos por dos años, no se parecían mucho y eso era lo que hacía sospechar, pero el gran odio que tenía Dasuri a Mirai era tan grande que ya solo le faltaba deshacerse del pequeño mocoso, aunque no sería algo fácil, ya que ese niño era lo más preciado que tenía Manjiro. Sería un gran reto sacarlo de su vida.

La pelinegra le dió una última mirada a su pequeño y se despidió de él con la mano para irse con Sanzu, el de cabello rosa no le dirigió la palabra, pero al ya estar a la mitad del camino hacía Hanmamatsu Mirai habló.

— Llévame al aeropuerto —siseó cortante, con su mirada fija en la ventada, observando el montón de árboles qué habían en el camino, haciendo el viaje algo aburrido como ella decía.

Sanzu por otro lado se sorprendió ante la petición de su jefa, aún la consideraba así porque sabía que Mirai no era capaz de algo así, había una explicación para todo, pero él no era nadie para pedirla.

— Mikey me ha pedido que te lleve a donde tu madrina, tengo que obedecer esa orden, además ¿Con que boleto de avión te irás? No tienes uno, y menos pasaporte —comentó sutilmente, pensando que Mirai se resistiría, lo que no sabía era que Mirai había contactado la noche anterior a su hermano y por supuesto el preparó todo su viaje, su pasaporte estaba donde su madrina así que no fue algo difícil.

— ¿Quién dice que no hay uno? Entre menos Manjiro sepa a donde iré, mucho mejor, ya no me importa que suceda con él, me preocupé por nada y si el quiere el divorcio se lo daré, pero creeme que Minjiro se va a quedar a mí lado aunque eso me haga arriesgar mi propia vida —sus palabras eran seguras, hacían sentir a Sanzu tranquilo, su jefa era una chica inteligente, a su manera, pero tenía mucho que dar y un cambio no le haría mal, de eso estaba seguro.

———[..•💌•..]———

MIRAI—

Estaba sentada al lado de Andrew en el avión, mirando por la ventana como el avión despegaba hacía el cielo, pero aún así me sentía mal, tan vacía, esta sería la última vez que vería a mi pequeño y al cual extrañaría a montones, solo espero no desmoronarme con cada día que pase, no puedo vivir sin sus besos de buenos días y buenas noches, pero esta vez no habría ya un día y una noche buena si no estoy con él.

Mi felicidad acabó en solo segundos y eso es lo que más me duele, un matrimonio qué duró 6 años se fue al carajo por alguien que no vale la pena y sé que él momento en que Manjiro se dé cuenta de su error será demasiado tarde.

No podré perdonarle esto jamás, aceptaré sus condiciones, pero el que me separe de Minjiro jamás.

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Gracias por leer hasta acá, nos vemos en el próximo capítulo
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Esta historia se está poniendo interesante, Manjiro es un hijo de... Pero ya veremos si cambia de parecer.

Que te duele en los más profundo por tonto.

Jajaja, aquí echándole hate a Manjiro.

~Smailer-Shimura


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𝑊𝑟𝑖𝑡𝑡𝑒𝑟: 𝑆𝑘𝑎𝑟𝑙𝑒𝑛𝑡ℎシ︎






LA MUJER DEL REY | 𝑴𝒂𝒏𝒋𝒊𝒓𝒐 𝑺𝒂𝒏𝒐 [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora