Johnny (JohnMark)

Diez

Mark gritó cuando Changmin lo agarró por la barbilla y le sujetó un cuchillo a la garganta.

—Chico, tú eres el que trajo todo este problema a mi clan. Voy a sacar a ese bebé de ti, y luego arrojare tu cadáver al lago.

Los ojos grises de Changmin estaban salvajes y desenfocados cuando la punta de la hoja mordió el cuello a Mark. Gimió mientras trataba de pensar en cómo salir de esto pero el agarre de Changmin era demasiado fuerte y tenía a Mark clavado contra la pared.

—Ellos son mis hijos, no los de Johnny, y no los tuyos. —Mark casi vomitó cuando Changmin se lamió un lado de la cara —. Apuesto a que dejaste que cada uno de ellos te jodiera. —Su sonrisa era escalofriante —. Ahora es mi turno.

Las lágrimas de Mark cayeron de golpe, dio patadas y se retorció de lado a lado, pero Changmin sacudió la cabeza, su siniestra sonrisa creciendo. —No te vas a escapar, humano.

Mark jadeó cuando Changmin lo hizo girar y colocó a Mark frente a él, su pecho en la espalda de Mark. Su brazo se curvó alrededor del hombro de Mark, y el cuchillo presionó contra su garganta de nuevo.

Johnny estaba en la parte superior de las escaleras con sus caninos expuestos y sus garras extendidas. Su expresión estaba llena de rabia mientras miraba a Changmin.

—Ni un paso más, chico, —advirtió Changmin. 

Segundos después, un extraño apareció detrás de Johnny.

—¿Qué demonios haces aquí, Kun? —Changmin se burló. 

¿Este era el lobo alfa? Kun se relajó contra la barandilla, pero sus oscuros ojos azules le dijeron que no estaba buscando sangre. Era alto, musculoso, y maldita sea, ¿todos los hombres de estas montañas eran guapos?

—Estoy aquí para entregar tu cadáver a Suho. —Kun se encogió de hombros —. Realmente espero que hagamos esto de la manera más difícil.

Johnny giró la cabeza y miró a Kun. —Te dije que te lo llevaría.

—¡Traidor! —Gritó Changmin. La hoja se clavó en el cuello de Mark. Sintió un hilo de calor y supo que el psicópata había roto la piel —. ¡No nos volvemos contra la familia!

—Tú me lo traes o yo voy a buscarlo. No me importa, —dijo Kun a Johnny. El hombre estaba demasiado tranquilo, demasiado sereno, y eso asustaba a Mark. Tenía la sensación de que Kun podía pasar de ser imperturbable a letal en un abrir y cerrar de ojos.

Johnny, por otra parte, parecía el mismo diablo. Sus ojos brillaban de rabia mientras sus amplios hombros se subían y bajaban con cada pesada respiración.

—Entrégame a Mark, viejo, —dijo Johnny con brusquedad.

—Míralo, —dijo Kun con un gesto de su mano—. El hombre ha tocado fondo y está nadando en la locura. ¿Crees que va a escucharte?

—No te metas en esto, —repuso Johnny.

La mirada de Mark se disparó hacia los escalones cuando Jaehyun y Hyunjin se deslizaron lentamente por ellos. Había un temor tangible en los ojos gris oscuro de Jaehyun. Miró a Mark, luego a su padre, y finalmente a Kun.

Johnny dio un paso adelante. Changmin gruñó. El cuchillo se clavó más profundo. Mark puso su mano sobre su estómago, rezando para que Changmin no cortara su garganta y tirara su cadáver a un lado. 

—Te dije que no te acercaras, —replicó Changmin—. Nunca fuiste de los que escuchaban.

—Ok. —Johnny levantó sus manos y dio un paso atrás. Bloqueo sus ojos en Mark—. No voy a acercarme más.