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El tiempo sí que volaba en París. Pasaba muy rápido.

Ya había completado un mes de estadía en esa hermosa ciudad, entre los diferentes trabajos y horarios rutinarios a los que me terminé acostumbrando.

Y una mañana helada de invierno mientras me encontraba trabajando en el club de jazz, tomé un receso de dos minutos para llamar a mi mamá y hablar con ella.

_ Has cambiado mucho, Jiminnie. Te ves mucho más guapo en las últimas fotos que me enviaste-Sonreí al oír su hermosa risa. La echaba tanto de menos-Te extraño mucho, Jiminnie. Tu hermana y yo estamos muy orgullosas de lo que has logrado en este mes, hijo.

_ Gracias, mamá. Pero, aún no he logrado cumplir mi sueño de ser el guardaespaldas de Min Yoongi–Dije aburrido. Ya lo eran cuatro hombres que habían conseguido el puesto dos semanas atrás. Me dolió mucho descubrir la verdad: el señor Namjoon y su colega, Min Yoongi, me mintieron respecto al puesto. Se suponía que ya no había vacantes, la primera vez que llegué al edificio–Pero bueno, no soy un desagradecido, ni mucho menos. Pues mi trabajo como asistente me ha permitido un buen sustento económico, al igual que los otros trabajos que he hecho con los chicos. Es solo que...

_ Solo que eso no era lo que querías. ¿No es así?

_ Sí, así es.

_ Ten paciencia, hijo. Has trabajado muy duro para llegar hasta donde estás. Tu oportunidad de ser un guardaespaldas llegará muy pronto, solo tienes que seguir luchando. Recuerda lo que te decía tu padre todo el tiempo.

_ Sé valiente y persigue siempre tus sueños. Lo sé, mamá–Asentí.

_ ¿Qué le pasa a Jimin últimamente?–A pesar de estar hablando por teléfono, escuché a mis amigos hablar entre susurros a mis espaldas.

_ No lo sé. Pero estas últimas semanas lo he visto cambiado. Ya casi no sonríe.

Cerré los ojos y apreté el teléfono en mi mano.

_ ¿Ha tenido problemas con ese magnate?

_ No. Creo que no.

_ Escucha, mamá, ya tengo que irme–Odiaba que hablaran de mí como sí yo no existiera–Te llamaré el próximo sábado. Lo prometo.

_ Cuídate mucho, Jiminnie. Y no olvides que te quiero mucho.

_ También te quiero, mamá. Adiós.

Ken se acercó a mí cuando terminé la llamada.

_ Jimin–Me miró algo nervioso–Ah, ¿todo está bien, amigo?

_ Sí, estoy bien. ¿Por qué?

_ Bueno, es que...los chicos y yo sentimos que te has distanciado mucho de nosotros–Cruzó los brazos sobre el pecho–Después del incidente con la mariposa...

_ No quiero hablar de eso, Ken. Además, no me he distanciado. Estoy perfectamente bien, todo está bien.

_ Jimin, te conozco. Aunque solo lleves un mes aquí, sé perfectamente que algo te pasa–Arrugó la frente–Tú jamás habías dejado de sonreír.

_ Solo estoy un poco cansado, Ken–Evité su mirada y miré la hora en mi reloj–Es todo. Tengo que regresar a la oficina. Por favor dile a J-Hope que los instrumentos para la función de esta tarde, llegarán en veinte minutos. Ah, y el saxo de Tae está en su estudio. Los veo luego.

_ Jimin, espera.

_ Bye, Ken.

Me despedí de J-Hope y de los otros empleados, antes de tomar mi abrigo y salir apresuradamente de ese lugar. Rayos. Ken tenía razón. Algo no andaba bien conmigo desde hacía varias semanas atrás. Después de lo que pasó con esa mariposa...me convertí en alguien diferente al Jimin que solía ser en Busan.

JIMIN Y LOS 3 MOSQUETEROS (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora