14 🐥

11 6 11
                                    

Min Yoongi me pidió un beso. Un beso mío.

Esa era su condición. Sus ojos gatunos eran brillantes y sus labios formaron una bonita y tímida sonrisa. Me acerqué lentamente a Yoongi, sin evitar perderme en su mirada llena de cariño. Cuando tomé su cara con mi mano, él inclinó suavemente la cabeza hacia esa pequeña caricia en su piel. La distancia entre los dos se redujo hasta que nuestros labios estuvieron a centímetros de distancia. El mundo a nuestro alrededor desapareció, dejando solo un breve espacio para los dos.

Casi pude sentir cómo los latidos de nuestros corazones parecían resonar al unísono, cuando nuestras bocas se fundieron en un solo beso, suave y tierno. Era como una promesa silenciosa de calor y complicidad. Los labios de Yoongi se movieron en armonía con los míos, en un baile lento y apasionado bajo la luz tenue. Oí su suspiro, y su respiración me hizo cosquillas.

Nuestras frentes se juntaron después del beso, mirándonos aún el uno al otro. Acaricié su mejilla hasta su barbilla. Era un hombre tan hermoso y tan perfecto. Aún con ese moretón alrededor de su ojo que mantuvo oculto con el maquillaje.

_ ¿Me vas a contar esa historia?

Asintió, llevando su mano a la mía para entrelazar nuestros dedos.

_ ¿Ves esta botella que traigo en la mano?–Observé la botella de vino y asentí–Es un vino de Anjou.

_ ¿De la región de Anjou?–Asentí mientras fuimos a sentarnos frente a la mesa de madera maciza, en las sillas de cuero mientras yo tomaba dos copas en la mano–¿Por qué me suena familiar el nombre de ese lugar?

_ Porque quizás sí has oído el nombre de ese lugar. En un libro, tal vez.

_ Los Tres Mosqueteros–Le sonreí y serví una copa de vino rosado antes de ofrecérsela–Gracias. Espera...No puedo creerlo. ¿Es...es lo que estoy pensando?

_ ¿Qué estás pensando acaso?

_ El vino... Este vino. Alexander Dumas menciona este vino y otras bebidas alcohólicas muy famosas en esa época. ¡Está en la novela, ¿no?!

_ Tú dime. Tú eres el experto–Me hice el tonto mientras degustaba con placer mi copa con el exquisito sabor del vino.

Y como un niño curioso, Jimin se distrajo mirando la bebida en su copa, la removió un poco y después dio un sorbo. Sus labios estaban húmedos y más rosados. Me tembló un poco la mano cuando lo vi mojarlos con su lengua.

_ Mmm, sabe a frutas. Y es dulce, aunque no es excesivamente hostigante.

_ ¿Eso significa que te gustó, o no?

_ No está mal–Me reí cuando Jimin sonrió. Lo invité a sentarse en la silla de al lado, pero aquel jovencito rubio prefirió sentarse en mis piernas pasando su brazo por mi cuello.

No me sorprendió para nada su decisión. Yo también deseaba sentir el calor de su cuerpo muy cerca. Por eso lo rodeé con mis brazos, no quería soltarlo nunca.

_ ¿Podemos hacer un brindis?

_ ¿Por qué quieres brindar?

_ Por el Siglo XVII–Yo arrugué un poco la frente aún cuando alcé un poco mi copa–Tú y yo acabamos de viajar al pasado a través del dulce sabor de este vino.

_ Ah, es verdad. El vino era la bebida más común en esa época. Bueno, salud por eso.

_ Salud.

Tomé un sorbo, mojando mis labios con la lengua después. Cerré los ojos cuando Jimin se inclinó con su mano en mi pecho y acercó sus labios delicadamente a mi boca. Correspondí su beso, suave y apasionadamente en ese dulce y cálido intercambio de alientos.

JIMIN Y LOS 3 MOSQUETEROS (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora