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Miércoles por la mañana.

Jungkook casi no me deja ir a trabajar a la oficina, hasta que no me pusiera un gorrito de color negro sobre mi cabello rubio y unos anteojos.

_ ¿Por qué los anteojos?

_ Combinan con tu abrigo y el gorrito–Sonrió, divertido–Vete ya. Es tarde.

_ ¡Te veré más tarde, JK!–Salí corriendo hacia la oficina.

_ ¡Suerte, Jiminssi!

Llegué con la misma rutina de todos los días: saludar a los empleados con una sonrisa, ir por el café favorito de Yoongi antes de tomar el ascensor, saludar a Alexander...

_ Bonjour, Mon prince–Sí, yo también le puse un apodo al chico lindo de ojos verdes.

_ Oh, là là. Mon Ange d'or, ¿Qué haces usando esos anteojos encima de tus hermosos ojos?

_ Oh, solo es parte de mi vestuario el día de hoy–Alcé un poco los hombros–¿Puedes darme lo de siempre, por favor?

_ Ah, Monsieur Min, ¿Cuándo va a decidirse a probar algo diferente? Siempre es café serré.

_ ¿Debería llevarlo a algún lugar donde sirvan bebidas diferentes al café serré?

_ Llévatelo a tomar Chocolat Chaud. Siempre pide café–Me apuntó con un cucharón de metal–Pero a Monsieur Min le encanta el Chocolat Chaud. Muchísimo. Con crema batida.

_ Merci pour l'astuce–Pagué la bebida y busqué en mi teléfono posibles lugares donde prepararan chocolate caliente con crema batida. Mi francés había mejorado bastante, así que ya entendía algunas cosas. Además, era una buena opción para que Yoongi probara cosas diferentes–Debo llevarle su café al señor Min. Te veo mañana, Alexander.

_ Adieu, Mon Ange d'or.

...Mi rutina continuaba con salir de la cafetería casi corriendo, subir al ascensor, llegar al piso nueve; saludar a mi compañera de trabajo, Suzette, a quien no vi esa mañana, dejar mis cosas en el escritorio (aunque esa mañana no lo hice) e ir directamente a su oficina.

Llamé dos veces, antes de abrir la puerta e ingresar a la oficina. Me sorprendió ver a Yoongi acostado en el suelo con las manos en su estómago.

_ ¿Yoongi?–Caminé hacia él con pasos rápidos. Deje el café en su escritorio, y después me arrodillé en el suelo junto a su cuerpo–Eh, Yoongi, ¿te sientes bien?

_ Estoy bien. Solo tengo sueño–Me respondió con voz ronca.

_ ¿Qué haces acostado en el suelo?–No pude evitar reírme–Me asustaste. Creí que algo malo te había pasado.

_ Mmm. Solo estoy aquí, tranquilo, con mis ideas.

_ ¿Por qué no te acostaste en el sofá?

_ Porque está muy lejos.

_ Yoongi, solo está a un metro de tu escritorio–Me reí otra vez. Una bonita sonrisa apareció en sus labios–Arriba, te traje tu favorito. Café serré.

_ ¿No vas a saludarme?

_ Señor Min, buenos días. Levántese, le traje su café serré.

_ No puedo creer que esperé aquí acostado en el suelo, veinte minutos, para que llegaras a saludarme así.

_ Me parece que hoy estás un poco gruñón–Me incliné hacia adelante y lo besé en los labios. Abrió sus hermosos ojos cuando le aparté el cabello de su frente–Hola. ¿Así está mejor?

_ Hola. Sí, estuvo mucho mejor–Me tomó de la mano y yo me acosté en el suelo junto a él–No te veía desde el almuerzo el sábado, y te extrañé.

JIMIN Y LOS 3 MOSQUETEROS (YOONMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora