14. Mi Gun, mi para siempre

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Mi corazón late con fuerza

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Mi corazón late con fuerza. Estoy feliz, pero asustado y sorprendido.

El dulce aroma de Gun es agradable, cuando lo aspiro profundamente. Abro los ojos, lento, muy lento, esperando confirmar que no estoy imaginándolo como tantas veces hice en el pasado; pero cuanto más clara es mi visión más sólida es la respuesta tranquilizadora que obtengo. Las lágrimas se acumulan en mis ojos, cuando lo veo dormir abrazando mi cuerpo, que ya no duele, ya no es frío, ya no se siente solitario. Cierro los ojos nuevamente, y respiro hondo tratando de evitar las lágrimas y disfrutando el agradable momento que estoy compartiendo con él, en este nuevo amanecer, juntos, en nuestra cama matrimonial.

Su respiración es suave y tan calmada.

«No puedo evitar volver a preguntarme por millonésima vez, ¿Cómo fui capaz de mantenerlo alejado tanto tiempo? Podríamos haber tenido muchos momentos agradables, muchos momentos para recordar y atesorar. Todo el dolor que padecí hubiera sido menos intenso. Todo su sufrimiento se hubiera evitado, porque Gun es la mejor medicina para mi alma, mi cuerpo y definitivamente para mi corazón. Sé que él nunca se hubiera alejado de mí, siempre lo supe, y a pesar del sufrimiento, sé que habríamos sido felices... De alguna manera, lo habríamos logrado.»

Sus rosados labios esbozan una delicada sonrisa mientras duerme. Su rostro luce un tono rojizo, debido a la calidez de nuestros cuerpos entrelazados, después de haber hecho el amor.

Me estoy aferrando tanto como puedo a la única razón por la que quiero vivir... porque eso es lo que he venido haciendo los últimos dos meses, desde que Gun volvió y terminé en el hospital.

El doctor Lee dice que me hacía falta la alegría, la esperanza, y el deseo de continuar. Y todo eso me llegó de golpe aquel día cuando Gun, nuestras familias y amigos, me dieron la más hermosa de las sorpresas... Aunque debo confesar que, en ese momento, todo lo vivido dos años atrás, me llegó de golpe y me aterré... Por un instante, después de saborear la felicidad absoluta, me asusté y quise huir, como antes, como cuando un día después de volver a Suay, dejando a Gun en casa, con la promesa de que en las siguientes vacaciones volveríamos a vernos, mi cuerpo colapsó, y tras una semana de pensarlo mucho, tomé la más dolorosa decisión... Alejarlo, para cuidarlo. Soportar todo solo, para luego volver a su lado. Pero conforme las semanas fueron pasando y nada resultaba, fui perdiendo la esperanza y entonces, en mi corazón, solo creció el deseo de salvarlo, mientras yo esperaba pacientemente que llegara el día de mi muerte. ¿Por qué la vida estaba jugándome esa mala pasada? Tenía quince años, se suponía que empezaba a vivir nuevas experiencias, apenas días atrás había sido el chico más feliz con él, con mi para siempre. Pero viendo la sorprendente y hermosa escena frente a mí. Imágenes de nuestra última noche juntos. La noche que por primera vez nuestros cuerpos fueron uno, al igual que nuestros corazones desde que nos conocimos lo eran, empezaron a reproducirse en mi mente. Mi cerebro ha guardado cada detalle, así que, en ese instante, al cerrar por un momento los ojos, esa dulce noche revivió nuevamente.

«Nuestras bocas presionadas juntas en lentos y suaves besos, besos tiernos y temblorosos, porque, aunque antes nos habíamos besado, esos besos eran distintos; se fueron haciendo intensos, necesitados y calientes. Gun me decía que estaba listo, mientras con manos temblorosas íbamos liberándonos de nuestra ropa, viéndonos con vergüenza, pero con un brillo impresionante en los ojos, destilando amor, cuando estuvimos completamente desnudos, y nos envolvimos en brazos del otro, con ternura y con pasión.»

Fue la mejor noche de mi vida, la de ambos. Hicimos el amor entregando por completo el corazón, porque en ese momento no eran dos, sino uno, latiendo fuerte, tan fuerte como lo era nuestro amor y tan especial como cada momento juntos. Aquella noche, lo que hicimos fue muy deseado por ambos, fue uno de nuestros momentos para atesorar. Fue como afirmar que estábamos en el lugar correcto. Su corazón era mi hogar y el mío el suyo. Una nueva promesa de un para siempre... de un juntos hasta el infinito. Por siempre unidos.

¿Podía dudar? ¿Debía preguntar? ¿Podía oponerme o volver a alejarlo? La respuesta era no. Un rotundo y firme NO.

Y fue el mejor momento de mi vida.

» Mi Gun va despertando, e inmediatamente sus labios comienzan a repartir besos delicados desde mi pecho, subiendo lentamente, esperando alcanzar mis labios.

Ya nada queda sin decir entre nosotros. Y como siempre, como cada día, disfruto de los miles de besos que me regala mi amor. Mi esposo. Mi Gun. Mi para siempre.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Mi Off - HP31Donde viven las historias. Descúbrelo ahora