03 ━ futbolín

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Emma



Minuto 62'


Tras comenzar en desventaja ante el Milan, ya era una tradición que siempre lográbamos remontar. Así que, cuando Fede metió el segundo gol, igualando la pizarra para el equipo, supimos que la victoria estaba al caer. 

El estadio estaba que echaba humo de emoción a medida que el partido de fútbol se aproximaba a su clímax. 

En ese momento, yo estaba apoyada en el borde de la zona donde se encontraban los fotógrafos, entre Fernando y Jaime. A pesar de la intensidad del juego en el campo, mi mente estaba en otro sitio.

—¿A quién vamos a grabar cuando termine el partido? —preguntó Jaime, ajustando su cámara.

Fer, con la vista clavada en el campo 

—A Fede, después de esos dos goles, seguro es el MVP del partido — contestó

Intentaba prestar atención a lo que decían, pero no podía evitar que mi mirada se perdiera en el campo, donde Jude destacaba por encima de los demás. 

Mis ojos se clavaban en el jugador que se movía con elegancia y fuerza en el césped. No podía evitar pensar que no era justo que alguien se viera tan bien, incluso en medio de un partido de fútbol. 

La camiseta le quedaba como un guante, resaltando sus hombros anchos y atléticos. La afición lo aclamaba con entusiasmo, pero para mí, el parecía estar en su propio mundo.

—¿Emma? ¿Estás escuchando? —Fernando me sacó de mi ensoñación.

Parpadeé y me di cuenta de que estaba pasando de largo su conversación. Dudé por un momento antes de responder.

—Perdón, estaba absorta mirando el partido. ¿Qué decías?

El castaño sonrió comprensivamente y me pasó su móvil.

—Necesitamos que le des el móvil a Fede para que cuelgue un vídeo en Instagram cuando acabe el partido, y que diga lo de siempre, ya sabes.

Cogí el móvil distraídamente y asentí, pero mis ojos regresaron a Jude cuando lo vi dirigirse desde el centro del campo hacia la zona de cambio. Era una imagen que no podía apartar de mi mente.

No pude evitar soltar un suspiro cuando el británico llegó hasta donde estaba Nico Paz, esperando el cambio. Era como si el tiempo se hubiera detenido y solo existiera él con su encanto inigualable. Me sentí atrapada en ese momento, pero sabía que tenía deberes que cumplir.

—Vale, lo haré —musité, guardando el móvil en mi bolsillo.

Me sacaba de quicio que Jude atrapara toda mi atención. 

No debería darle más vueltas después de su chiste, que fácilmente podría malinterpretarse. Me aliviaba saber que Alaba no le soltó a los demás que nos vio al británico y a mí en la piscina, pero si hubiera sido cualquiera otra persona, ahora estarían todos zumbando sobre eso, mientras que a mí me mandan volando a Madrid en un avión.

Él se podía permitir hacer bromas, porque a él no lo van a sancionar si alguien se hace la película de que entre nosotros pasó algo. Agité la cabeza para apartar esos pensamientos y clavé la mirada en la pantalla gigante para mirar el tiempo; me di cuenta de que el partido estaba llegando a su fin.


Minuto 84' y Vini marca el gol de la victoria.

3 – 2

Delicate | Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora