09 ━ muchas cosas

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Emma


El estadio Power Horse estaba hasta arriba de fans deseando ver al Almería enfrentarse al Real Madrid en un partido de La Liga que tenía un montón de enjundia. Las gradas vibraban, y el césped estaba en plan impoluto, listo para recibir a los jugadores.

Yo estaba ahí, al borde del campo, ojeando cada paso de los jugadores.  Mientras seguía el partido con el móvil en la mano, no podía evitar clavar la vista en Jude. La manera en que regateaba y manejaba el balón siempre me flipaba.

El reloj marcaba el minuto 60 cuando, de pronto, el estadio se vino arriba en una ovación ensordecedora. El número 5 se había marcado el segundo gol para el Real Madrid. No pude evitar esbozar una sonrisa mientras lo veía celebrar con los demás, especialmente con Kroos, quien le había metido el pase.

El partido siguió hasta que el árbitro pitó el final, y los jugadores se dirigieron hacia los vestuarios.

—Voy a ir a ver a Vini para que me grabe un audio para Instagram ¿te quedas a grabar el estadio? —me preguntó Fer, que estaba a mi lado.

—Sí, claro. Aquí me quedo —le contesté.

Fernando asintió y se fue corriendo hacia los vestuarios. Me fui al campo para grabar desde ahí, y mientras me iba acercando, felicité a algunos jugadores que habían estado en el banquillo y saludé a algunos tíos del cuerpo técnico que solían currar con mi abuelo.

Justo cuando estaba a punto de entrar al túnel para buscar al castaño, oí mi nombre. Al girarme, vi a Nick, el fotógrafo del equipo, viniendo a toda leche.

—Oye, menos mal que te encuentro, Angel. ¿Podrías echarme un cable? —preguntó, sonando un poco agobiado.

—Claro, ¿en qué puedo ayudarte?

Tenía una cara de incomodidad mientras contestaba:

—Necesito que hagas unas fotos de Jude con su premio al MVP. Tengo una necesidad de baño urgentísima, me he bebido como dos litros de agua durante el partido.

No sabía si aceptar, pero antes de que pudiera responder, Nick me colgó su cámara alrededor del cuello y se largó corriendo hacia los servicios.

—Toma una foto con el fondo del estadio y otra con fondo blanco —me gritó mientras se alejaba.

Me quedé allí, sorprendida por la rapidez con la que Nick me había implicado en su encargo. Suspiré mientras miraba la cámara en mi cuello y luego me di la vuelta para buscar al británico.

Caminé hacia el campo, atravesando el túnel de acceso. Sobre el césped, me topé con Manolo, el utilero del Real Madrid, quien estaba liado recogiendo material.

—¿Ha visto a Jude? —pregunté, con un puntito de nervios en mi voz.

El hombre, amable y curtido, levantó la vista y señaló un rincón del campo.

—Allí está, soltando una cháchara con los periodistas.

Agradecí a Manolo con una sonrisa y me dirigí hacia la esquina del campo, donde el centrocampista estaba rodeado de plumillas y cámaras. Decidí aguardar mi momento, esperando a que llegara la oportunidad de acercarme y hacer las fotos que Nick me había pedido.

Jude sostenía con orgullo su premio al MVP, con una expresión que destilaba satisfacción y carisma, provocando risas y sonrisas entre los periodistas que le rodeaban. Yo me mantenía en un discreto segundo plano, aguardando con paciencia mi turno, y me preguntaba si notaría mi presencia en medio de la multitud. Y, de repente, ocurrió. Los ojos de Jude se toparon con los míos, y una sonrisa asomó en sus labios. No pude evitar sonreír en respuesta a su atención.

Delicate | Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora