14 ━ protector

15.9K 540 336
                                    




Emma




Estaba sentada en el sofá, mirando con curiosidad la pantalla del Nintendo Switch que Jude sostenía con entusiasmo. Él sonreía mientras me explicaba los conceptos básicos de cómo jugar.

—Mira, solo presiona este botón para saltar y este otro para acelerar.

Asentí, concentrada, pero mis dedos parecían tener una relación complicada con los controles.

Después de varios intentos, finalmente parecí comprender los controles básicos.

—¿Así que este botón lanza cosas? — pregunté, señalando el control con curiosidad.

—Sí, pero no abuses de los caparazones verdes —advirtió Jude con una risa.

—Creo que ahora lo tengo —exclamé con una sonrisa tímida

—Bien, ahora veamos si realmente entiendes. Juguemos Mario Kart, ¿de acuerdo? — me sonrió el británico

—Vamos a ver qué tan bien juegas — bromeé, tomando el control de la consola mientras Jude lo conectaba a su televisión —Pido a Peach, ya sabes, así que tendrás que conformarte con ser Yoshi

—No me importa. Te ganaré incluso siendo Yoshi — comento con una sonrisa socarrona al mismo tiempo que se sentaba a mi lado

—Demasiada confianza puede ser mala — solté con una sonrisa irónica

Comenzó la partida, y con cierta torpeza, intenté manejar mi personaje por el circuito. Jude, en cambio, se movía con más maña, adelantándose rápidamente. Sin embargo, no me dejé amedrentar y seguí dándolo todo.

En plena competencia, las risas inundaron la sala. El británico animaba y soltaba bromas mientras yo luchaba por no salirme de la pista. En un giro, logré superarlo y crucé la línea de meta en primera posición.

—¡Gané! — exclamé, emocionada.

Jude se quedó patidifuso por un momento, y luego, me miró con indiferencia.

—Solo fue suerte de principiante

—Quizás eres simplemente malo perdiendo — le di un suave codazo

Justo cuando estábamos a punto de reírnos nuevamente, el timbre sonó, interrumpiendo nuestro momento.

—Creo que es la comida que ordenamos — dije.

—Tal vez deberías ir tú — sugirió, como un niño que intenta evitar sus responsabilidades.

—Esta es tu casa, Jude. Ve tú

—Hagamos piedra, papel o tijera para decidir — propuso el británico

Acepté con una risa, y levantamos nuestras manos al unísono. Mostré papel, mientras que Jude mostró tijera. Se levantó con un suspiro dramático.

—No se a quien le vendiste tu alma, pero no se como le haces para ganarme siempre

Sonreí mientras me acomodaba de nuevo en el sofá. La casa volvió a sumirse en la calma, con el sonido del videojuego flotando en el aire.

Cogí mi móvil mientras esperaba a que Jude regresara. El suave murmullo de la puerta al cerrarse captó mi atención, y al levantar la vista, lo vi entrar con una bolsa de sushi en la mano. Una sonrisa se me dibujó en los labios al verlo, y rápidamente guardé mi teléfono en el bolsillo.

Delicate | Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora