The Boss Of The Port Mafia

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-Renucio presidente- esa frase lleno el lugar dejando atónitos a todas las personas que se encontraban en la Oficina.

-Dazai que mier* - la oración se cortó ante la mirada vacía y sin vida del castaño, paralizando no sólo al rubió sino a todos; sin más el castaño se dio la vuelta caminando hacía la puerta, pero antes de abrirla volteo y les enseño la sonrisa más aterradora que pudieran aver visto, una sonrisa que congelaria a la misma muerte si esta pudiese verla talves esta sea la razón por la cual no se le acercaba.

-Tengan cuidado, las cosas se pondrán feas de ahora en adelante.
Simples palabras que marcarían las vidas de todas las personas de Yokohama, dichas por el mismo demonio que las arruinaría... tan cruel y despiadado solo tomó la perilla de la puerta para abrir la y salir como si sus palabras no importaran, al menos no a el.

Un silencio aterrador lleno la oficina de la agencia, nadie comprendía que había pasado, oh bueno si había alguien más bien el lo sabía todo y nunca dijo nada. El mejor detective del mundo se mantuvo en su lugar temblando levemente para soltar un suspiro el cual hizo que todos voltearan a verlo esperando respuestas de lo que había sucedido hace unos momentos, pero sólo apartó la vista.

-Ranpo tu sabes algo - esta no fue una pregunta más bien una afirmación de parte del presidente de la agencia.
El nombrado lo miro de nuevo para volver a suspirar.

-Supongo que solo puedo contarles una parte de la historia- su expresión cambio a una mezcla de preocupación y miedo alertando a los presentes.
-Dazai renunció, por lo cual volverá a su anterior trabajo o mejor dicho ahora no tiene más impedimento para seguir con su trabajo. Y será mejor dejar que haga lo que quiera no puedo contarles la historia completa aún.

-¡Entonces tú sabés todo y nunca nos dijiste nada! - el de lentes se acercó a el detective hasta quedar a tan sólo centímetros de distancia solo para gritarle a la cara.
-Por que Dazai actúa así Ranpo- esta vez fue el turno de Atsushi el preguntar.
-No puedo decirles y sera mejor que lo dejen y se olviden de él, no queremos tener problemas lo acaban de escuchar cosas malas se acercan y no tenemos tiempo que perder. - Con toda la calma que logró acumular se levantó sintiendo las miradas en él saliendo de la oficina para encaminarse a el lugar donde estaría la razón por la cuál había mantenido ese secreto no sabía realmente donde estaba simplemente sus pies lo llevaron a por esa persona para él.

Las personas que caminaban a su lado no notaban la sonrisa que adornaba su rostro, lo único que veían era a una persona más del montón pero, él si se fijaba en ellas, sus expresiones y lo que reflejaba en sus ojos la verdad detrás de la mentira. Todos mienten pero sólo pocos lo hacen bien.

Las personas caminan sin darse cuenta de quien tienen al lado, sumergidos en un mar de mentiras pensando que estarán seguros en estas y siguen mintiendo hasta que ya es tarde...se ahogaron...y nadie los salvó porque los demás también están luchando por salir.

Y que pasa con los sinceros o los que logran salir a la superficie... Bueno ellos no pueden vivir sin alguien a quien aferrarse, pero, cuando lo encuentran pueden llegar a la orilla y seguir hasta que la arena se termina junto con los sueños de ambos para volverse parte de esa arena que guarda sentimientos, sueños, pesadillas, ilusiones, recuerdos y mucho mas... La arena es hermosa no crees?

-Llegamos Boss- anuncio el conductor sacándole de esos pensamientos tan incomprensibles.
Al instante salió del auto para caminar hacia adentrarse en aquella casa, escuchando al instante la voz grave ya conocida, ese hombre tan repugnante Mori Ougai ex jefe de la Mafia.

-A pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos Dazai-kun.

-Pues hubiera deseado no volver a verte nunca.
A paso lento se acerco al mayor sacando de su abrigo su arma apuntando al azabache quien solo sonrió.
-Oh no puedo creer que al fin me mataras, no voy a mentir no estoy nada feliz con que moriré ahora pero supongo que no me dejaras otra opción.

-Si tienes razón no hay otra opción para tí.
-Sabés siempre supe que algo haci pasaría es tu destino.

-Si como sea... te veré en el infierno Mori - el sonido del balazo resonó en el lugar, el cadáver del azabache se llenó de sangre con el paso de los minutos y la sonrisa del castaño se extendió por su rostro, el tiempo se paralizó en ese momento en el cual solo la escalofriante risa de este se escuchaba.

Salió del lugar ahora con una expresión totalmente seria, subiendo al auto este de inmediato arrancó llevándolo al edificio de la mafia, al llegar bajo y se adentró en este todos los que estaban en el lugar se fueron inclinando hacia el en señal de respeto.

Cuando llegó a su oficina empezó con sus labores y ponía en marcha el segundo paso de su plan.
Levanto la vista y segundos después la puerta fue abierta dejando ver a un peli naranja y un pequeño en brazos quien guardaba silencio hasta que sintió la presencia de su padre y empezó a mover sus pequeñas manitas hacia el.

-Cariño sabes que es peligroso que vengas aquí-

- Lo se pero Fumi quería verte estaba llorando mucho y cuando le dije que lo llevaría contigo se tranquilizo y dejó de llorar- este se acercó al castaño entregándole al pequeño castaño el cual sonrió al estar en los brazos de su padre.

-Lo dejaré pasar por esta vez pero espero que no se vuelva a repetir, sabes que no es seguro para ustedes estar en este lugar.

-si, no te preocupes. - se acercó a ellos sentándose en las piernas del castaño apoyando su cabeza en el pecho de este cerrando poco a poco sus ojos pero la tierna risa del bebé hizo que abriese los ojo para mirarlo, el castaño acercó al bebé a su pecho dejándolo enmedio de ambos.

-Chuuya quiero pedirte algo...

-¿Que cosa?

-Quiero que...

Que le pedirá Dazai a Chuuya? Tendrá que ver con la agencia? Por que Ranpo actúa de esa forma? La verdad yo también tengo miedo.