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-Buenos días, señor Nakahara-dijo Kunikida acercándose al sillón en el cuál estaba sentado el pelinaranja. Este lo volteó a ver.

-Buenos días, disculpe si hemos causado alguna molestia- dijo volteando a ver al pequeño bebe de un año.

-No se preocupe- sentándose enfrente de él- ¿cuál es el motivo que lo trae a la Agencia?

-Bueno, verá últimamente han pasado cosas extrañas en la zona en la que vivo y en mi hogar. - Chuuya cerró los ojos pensativo.

-¿Cómo que exactamente? - pregunto el de lentes pensando en la forma de resolver esto.

-Todos los días se estacionan autos cerca de mi casa a la misma hora sin falta, todos estamos aterrorizados- volteo a ver al bebe por unos segundos y regreso la vista al agente delante de él.
-Ellos llegan y golpean a alguien pero, no podemos hacer nada más que observar.

-Es realmente difícil para nosotros, mi esposo trabaja casi todo el día por lo cual estamos solos.

-¿A podido ver a algunos de los hombres que llegan? - pregunto sin darse cuenta de que alguien había escuchado toda la conversación.

-Sí, todos visten trajes negros con gafas oscuras- cerró los ojos intentando recordar algo más.

"Port Mafia" pensaron Kunikida y otra persona.

-Bien, no se preocupe nos encargaremos de esto, me daría su dirección por favor.- Saco su libreta apuntando todo lo que él pelinaranja le dijo.

-Muchas gracias, espero que todo salga como lo planeen-sin más se dio la vuelta dejando atras a el detective totalmente extrañado por la forma en la que dijo esa palabra.

-Mocoso, iremos a investigar- dijo a Atsushi y este solo asintió, aun estaba decaído por el hecho de que Dazai se fue y no era el único, la agencia ya no se sentía como antes.

-Kunikida- llamo Ranpo, este lo volteó a ver.
- Ten cuidado...

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Llegaron al lugar, una zona con casas pintorescas, se separaron para encontrar algo que les diera una idea de porqué la Mafia estuviera por ese lugar.

-Oh Kunikida-san- el detective volteo a ver a la persona que lo llamaba encontrándose al pelinaranja con una sonrisa.

- Buenas tardes Nakahara-san -Saludo cordialmente.

-Me da mucho gusto que este aquí- dijo acercándose demasiado al de lentes.

Y antes de que este se apartará sintió un fuerte dolor en su vientre, bajo la mirada dándose cuenta que tenía un cuchillo ensartado, con la ropa llena de sangre.

-Realmente no creí que me creería - en un movimiento rápido sacó el cuchillo, volviendo a meterlo ahora en su brazo derecho.

Enseguida muchas personas llegaron al lugar, con trajes negros, gafas negras y armas.
Kunikida al darse cuenta vío al pelinaranja con confusión y este solo le sonrió apartándose enseguida.

-Realmente fue muy estúpido al créeme, jajaja- Chuuya lo volteó a ver con burla aun riendo - no cree que si de verdad  la Mafia estuviera por este lugar todos los días, alguien más aparte de mí los hubiera contactado. O preguntarle a alguien de aquí sobre lo que pasa.

El pelinaranja volteó caminando hasta perderse entre las personas de la mafia.
Al instante una lluvia de balas se dirigieron a el detective.

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Astushi caminaba alerta por cualquier cosa que pudiera pasar, buscando algo que los ayudara.
Pero al voltear en una calle pudo ver a alguien conocido.

-¡Dazai-san!- estaba sorprendido de verlo por lo que se acercó a él rápidamente.

-Hola, Atsushi- le sonrió- estoy feliz de verte.
-¡¡¡Dazai-san por favor vuelva a la Agencia!!!
-No puedo- su sonrisa se desvaneció totalmente- escucha Atsushi, quiero que vengas a trabajar conmigo. La agencia no esta a salvo y necesito que me ayudes con algo.

El nombrado solo se quedo en silencio procesando lo que dijo su ahora ex-mentor.
-Primero quiero saber en que trabajas ahora-su mirada seria se dirigió a Dazai, quien solo sonrió.

- Bueno, Astushi, yo soy...

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Ya había eliminado a la mitad de los hombres de la mafia, pero le había costado, ya no era tan fácil derrotarlos.
Trataba de defenderse con su habilidad pero, no le daba tiempo de escribir estaba acorralado.

-Debo hacer algo- se dijo a si mismo - no puedo usar mi habilidad, y, tampoco puedo usar la granada que traigo.

-Utilízala es lo único que puedes hacer ahora.- dijo el pelinaranja lejos de todos.

"No habrá otra oportunidad si falló" enseguida lanzó una bomba pero no eralo que creyó Chuuya.
Una nube de humo surgió de ella, dejando sin ver a los hombres de la mafia y a Chuuya también.

Cuando por fin se disipó un poco el humo, Kunikida se acercó a él queriendo darle un golpe, trato de detenerlo.
Pero alguien se le adelanto, una figura aun tapada por el humo se interpuso entre ellos cubriendo al pelinaranja.

-Eso estuvo cerca, Chuuya-kun - tenía el cabello castaño rojizo, ojos azules y alto.

-Lo siento, me deje llevar...






Oda-san.





Primero pido perdón por tardar tanto, no ha sido un mes fácil. Segundo el capítulo quedó muy pequeño lo sé. Y tercero espero que les guste.

The Boss Of The Port MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora