¡Hola lectores! Espero y hayan esperado una actualización. Cuando estoy inspirado las actualizaciones son algo rápidas jaja.
Este capítulo me costo un poco ya que tenía dos tramas diferentes para presentar que deje abiertas en la anterior parte. En un momento pensé en dejar la trama que usé aquí para algún capitulo a futuro pero sentía que realmente debía de aprovecharla acá.
El resultado me gusto bastante, no daré spoilers y dejaré que juzguen por ustedes mismos. Si hay dudas las resolveré en el próximo.
Como esta historia esta bajo el POV de rayito salió algo más original y apartado de la trama del verdadero capítulo 7 de la serie, más de lo que esperaba la verdad. Si saben el orden de los capítulos, ya sabrán de cuál hablo.
En si la parte dura 1200 palabras menos que el anterior pero de igual forma lo notarán largo ya qué lo es. 4000 palabras no son poca cosa.
En fin, ya saben. Estaré haciendo una presentación en cada capítulo, aunque sea un copia y pega.
No olviden comentar y dejar sus votos para que haya algo más de interacción. Si tienen duras las responderé, si son dudas que incluyen la trama del capítulo las responderé en la siguiente introducción :3
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Una certera patada en las costillas me arrancó violentamente de mis sueños, haciéndome incorporar sobresaltado. Apreté los dientes y me froté la zona magullada, sintiendo un agudo dolor pulsante allí donde el talón se había incrustado.
— Steven... Por favor deja de moverte tanto... — Murmuré en voz baja, dejando escapar un suspiro.
Steven aún dormía ajeno al daño que su pierna había infringido durante su inquieto sueño. Su respiración era irregular, jadeando levemente como si huyera de algo en sus pesadillas.
Desde su aberrante transformación felina, sus noches se habían visto pobladas por constantes tormentos nocturnos.
Él no me ha contado nada, su actitud es igual de alegre que siempre durante el día. Pero todas las noches parece sufrir intensamente entre sueños.
Con sumo cuidado me levanté, preocupado por no perturbar su descanso. Mis pies descalzos se deslizaron silenciosos por el frío suelo hasta la cocina.
Sentía la garganta en carne viva, escociéndome intensamente. Rogaba que no fuera debido a los múltiples baños de aquél tedioso día, lo que menos deseaba ahora era enfermar.
Tras beber un largo trago de agua fría, regresé sigiloso a la habitación.
Steven yacía en la misma posición, su semblante sereno era bañado por la tenue luz de luna que se filtraba por la ventana.
