¡Hola lectores! Espero y hayan esperado una nueva actualización :D
Quedó bonita la imagen.Claramente representa una escena del capítulo en sí, y lo notarán en cuánto lo leán.
Usualmente subo un capítulo cada semana, incluso a veces dos. Pero este en especial me esforcé más que en los otros... Me tomé más libertad creativa pero no me terminó de convencer.
No quiero perder la calidad que creo tener por subir algo por mera presión, ya que pierde su magia. Me gusta hacerlo por gusto propio, así que las actualizaciones de ahora en adelante serán cuando yo quiera... Podría subir un capítulo mañana, como también el próximo mes, (es un mero ejemplo que no creo que pase).
Estoy con falta de inspiración quizás y espero que no dure demasiado tiempo, ya que la historia me está gustando. ☆ミ
En fin, no olviden comentar y dejar sus votos para que haya algo más de interacción(Gracias a las personitas que se toman el tiempo de comentar cosas bonitas <3).
Si tienen dudas las responderé, si son dudas que incluyen la trama del capítulo las responderé en la siguiente introducción :3
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Me encontraba profundamente dormido, cuando repentinamente comencé a percibir un suave movimiento entre las sábanas. Como de costumbre, cualquier mínimo sonido en la quietud de la noche lograba perturbar mi ligero sueño.
En cuanto abrí perezosamente los ojos, pude distinguir en la tenue penumbra una familiar y pequeña silueta sentada inquietamente sobre el colchón. La escasa luz de luna que se filtraba me permitió reconocer esa rellenita complexión vestida con su pijama azul decorado con estrellas.
Steven se hallaba abrazando sus piernas con ambos brazos, su frente apoyada levemente sobre las rodillas en un gesto pensativo y melancólico.
— ¿Steven...? — Musité aún adormilado, frotando uno de mis ojos mientras me incorporaba lentamente en la cama.
Era extraño verlo despierto a estas horas.
Él se sobresaltó al oírme, girándose rápidamente en mi dirección con evidente sorpresa en sus facciones, desviando tímidamente la mirada a los pocos segundos.
Alcé una ceja extrañado por su inusualmente callada y retraída actitud. Dejé escapar un amortiguado bostezo y coloqué mi mano sobre su tenso hombro en un gesto reconfortante.
— Oye... ¿Te encuentras bien? Sabes que puedes decirme si hay algo que te está molestando... — Le pregunté en voz baja, ahora genuinamente preocupado por él.
