¡Hola lectores! Espero y hayan esperado una actualización.
Esta parte me ha costado un poco más ya que había perdido un poco el hilo de la historia. No me convencía como estaba quedando y re-edite varias veces. Creo que se notará en el cambio constante en la redacción jeje. Espero y les guste el resultado.
Algo que dejaré claro, es que no todo será color de rosa, si no, esto se volvería aburrido... ☆ミ
En fin, estaré haciendo una presentación en cada capítulo, aunque sea un copia Y pega.
No olviden comentar y dejar sus votos para que haya algo más de interacción(Gracias a las personitas que se toman el tiempo de comentar cosas bonitas <3).
Si tienen dudas las responderé, si son dudas que incluyen la trama del capítulo las responderé en la siguiente introducción :3
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⏝꒷۰꒷⏝꒷۰꒷⏝꒷۰꒷⏝꒷۰꒷⏝ ƚ
Caminábamos sigilosamente en una cueva subterránea, observando los alrededores en absoluto silencio. Solo se escuchaba el leve sonido de pequeñas gotas cayendo desde el techo rocoso.
Dejé escapar un suspiro ahogado, viendo cómo se formaba una nube de vapor frente a mí debido al gélido ambiente.
— Shhh... Por aquí. — Garnet susurró casi inaudible, haciéndonos un gesto para que la siguiéramos.
Steven venía distraídamente detrás, pateando algunas pequeñas piedrecillas, completamente ajeno al sigilo que requería la situación.
Lo miré exasperado y rápidamente le hice un gesto desesperado para que guardara silencio y se acercara más a mi posición.
Él me miró sorprendido y asintió fervientemente al percatarse de su error. Con pasos torpes se acercó a mi lado, produciendo un leve ruido con su chaqueta al caminar, dirigiéndome una mirada de disculpa que no pude evitar encontrar adorable.
— ¡Agh! Steven, es una misión peligrosa, estás haciendo demasiado ruido. — Perla se quejó en un susurro irritado, volteando a verlo con el ceño fruncido. — ¡Quítate esa chaqueta! — Le exigió en un tono exasperado pero contenido.
Steven se abrazó a sí mismo, negando fervientemente con la cabeza. Sus labios formaron un pequeño y adorable puchero al responder.
— Ah, pero no quiero pescar un resfriado... — Se negó, frotando sus brazos en un intento por entrar en calor.
— ¿Entonces por qué llevas puestas sandalias? — Perla preguntó incrédula, señalando sus pies descalzos.
Steven me dirigió una mirada suplicante, buscando mi apoyo.
