Jeongin
Desde que Minho me propuso las clases particulares nos volvimos más cercano, después de la clase nos íbamos a comer y nos contábamos absolutamente todo, éramos el pañuelo de cada uno, eso hacen los amigos, ¿no?
Hoy sábado, me encontraba cambiando para salir con él y sus amigos, estaba nervioso, pues la única persona que conozco es Seungmin. Iremos a comer y luego iríamos a el parque de diversiones, propuesto por mi.
La voz de mi madre llamándome me indicó que Minho ya había llegado, me mire al espejo una última vez acomodando mi cabello levemente ondulado y negro, me dirigí al primer piso donde me encontré a Minho con las manos en los bolsillos meciéndose con sus pies.
—Hola Min —Él levantó su cabeza mirándome con una sonrisa haciendo que se la devuelva.
—Hola innie —si voz fue suave, sin borrar un segundo la sonrisa en su rostro, nos quedamos en silencio viéndonos fijamente.
—Bien Minho, tengo entendido que eres mucho mayor que mi hijo ¿Cierto? —Exclamó mi madre sacándonos de nuestra burbuja.
—Si señora Yang, tengo 25 años —Lo mire con una sonrisa burlona al escuchar su voz temblar de los nervios.
—Bien, son las 14:35 quiero a Jeongin antes de las 20:00 aquí, si le pasa algo te las verás muy mal conmigo ¿entendido? —Indicó mi madre, rode los ojos dándole un codazo ya que sabía que solo estaba jugando con Minho.
—Si señora —Dijo Minho con voz trémula haciendo que le dedicara una mirada burlona.
Me despedí de mi madre con un fuerte abrazo y salí de casa hacía el auto de Minho él cual al entrar soltó un suspiro para luego mirarme fijamente, por mi parte, yo solo me contenía para no soltar una gran carcajada.
—Tu mamá es aterradora —Exclamó como un niño pequeño por lo cual reí de ternura y burla, una mezcla de ambos.
—Claro que no, solo estaba jugando —Me acomodé en el asiento—. Además, sabe qué eres un buen chico —Él elevó sus cejas al entender lo que dije, por mi parte, sentí mi rostro calentarse.
—¿Le has hablado de mi, innie? —Rápidamente negué haciendo que él riera fuerte y pues yo, bueno, me muriera de la vergüenza—. Te ves muy lindo, bebé —Su voz melosa y su apodo hizo que mis mejillas se coloraran más, si eso era posible claro.
El camino fue silencioso, solo se escuchaba nuestras respiraciones tranquilas, era un silencio cómodo, en los que no tienes que inventar nada para acabar con aquella tensión desagradable. Minho me hacía sentir cómodo.
...
El lugar donde nos encontrábamos era un pequeño restaurante acogedor con posters de artistas y bandas por todo el lugar, al fondo, se veía a Seungmin con un grupo de chicos, bastante alborotados a decir verdad.
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Seventeen; Minjeong
FanfictionCuando tenía 17 conocí el amor, pero no de la mejor manera.