1. Tiempo de Paz

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El sonido de las espadas al chocar resonó por todo el salón de entrenamiento, dos figuras se veían enfrascadas en una pelea, era un simple entrenamiento, pero los jóvenes atacaban como si quisieran matar a su oponente.

-¡Su técnica es demasiado floja!

Una voz grave sonó con fuerza, la molestia podía escucharse en aquel tono, ambos hermanos se miraron a los ojos antes de responder en coro._

-¡Lo siento, padre!

-Háganlo de nuevo, no se detengan hasta que sus manos sangren o alguno de los dos termine muerto.

Aunque su orden fue extrema aquellos jóvenes ya estaban acostumbrados a esta, su padre no los haría matarse entre ellos, pero sí que era real la primera orden, no podrían detenerse hasta que hubiera sangre en sus manos.

La pelea se volvió violenta, las espadas chocaban sacando chispas con cada enfrentamiento, el mayor de los hermanos tenía una resistencia envidiable, había estado entrenando con su padre desde que tenía uso de razón, pero el más pequeño tuvo que ser instruido por su hermano, su padre no quería volver a tocar una espada, ya estaba demasiado viejo para eso.

Al cabo de dos horas los hermanos, más conocidos como los jades del reino de gusu estaban tirados en medio del salón de entrenamiento, agitados por todo el esfuerzo que habían hecho, sus manos y las empuñaduras de las espaldas estaban cubiertas de sangre, aun si prestan atención se podía ver cómo por ciertas partes del salón había salpicaduras de este líquido.

-Qiren ¿estás bien?

-Lo estoy... solo que hoy realmente me cansé.

Una pequeña risa fue su respuesta, a ambos les gustaba estar juntos, aunque lan Suān Qū, el hermano mayor, tenía que pasar tiempo con su padre pues estaba estudiando todo lo posible para convertirse en el próximo rey, Qiren como hijo y hermano menor no tenía la necesidad de asistir a estas clases, todos esperaban que pronto encontrará una doncella y se casará.

Qiren tenía otros planes, no había estado interesado románticamente por nadie y su amor filial era mucho más fuerte, entre ambos hermanos habían planeado gobernar juntos, Qiren pasaría a ser parte del consejo y desde ese lugar ayudaría a dirigir el reino de Gusu.

Su padre había estado reacio a aceptar tal cosa, quería que sus hijos se casarán y fueran felices, pero tampoco los obligaría a aceptar un matrimonio forzado, él se había caso de esa forma y no fue feliz, no era feliz.

Después de aquel entrenamiento se separaron y fueron a sus respectivas habitaciones, mientras Qiren se daba un baño para quitar el sudor de su cuerpo de la puerta entreabierta de la habitación entro un ave roja, parecida a un fénix, la ignoro mientras se deshacía de su ropa y entraba en la tina, solo en ese momento miro al ave, extendió uno de sus brazos donde está se posó en el mismo cómodamente y con su cabeza señaló el papiro atado a una de sus patas.

-Oh...

Con su mano libre desató el papel y lo extendió para poder leerlo, el ave paso de su brazo al borde de la tina, dentro había un mensaje del heredero al reino Wen, a menudo mantenía conversación con el mayor mediante estos mensajes, miro al ave por unos segundos antes de devolver su mirada al papel, tendría que cuidar de ese fénix por algún tiempo.

Según las palabras de ruohan en aquella carta, estaría ocupado con su padre, las obligaciones de ser un heredero robaban su tiempo, lo mismo pasaba con su hermano, aquello no le molestó en absoluto, ya tenía la costumbre de verse con RuoHan en el bosque intermedio entre ambos reinos, había un punto exacto donde cada tres meses se encontraban, eran muy buenos amigos, en lo que respectaba a sus padres.

Pero no todos veían con buenos ojos la amistad WenLan, el reino de Yummeng, más precisamente el rey de esta nación veía un peligro potencial en la amistad de aquellos dos. instruía a su hijo a qué se mantuviera alejado de RuoHan y Qiren, sin saber que este ya tenía una estrecha amistad con ellos.

En el reino de yummeng solo Wei Changze sabía de esta amistad, no estaba en total desacuerdo, solo era un guardia de compañía del heredero Jiāng Fengmian, aunque era tratado más como un amigo no olvidaba cuál era su trabajo.

Lan Qiren soltó un largo suspiro mientras salía de la tina, seco su cuerpo lo suficientemente bien y cuando hubo terminado se cambió, con un movimiento de su mano el fénix voló hasta su hombro y ambos salieron del cuerpo de baño.

El resto de su día fue relativamente calmado, el fénix era un ave bastante dócil cuando estaba con él, lo cual era bastante sorprendente porque cada que estaba con ruohan se la pasaban peleando.

Las noches en Gusu eran especialmente bellas, dentro del palacio había un jardín especial, en el centro un lago reflejaba la luz de luna y sobre la misma había pequeñas motitas de luz que danzaban en la superficie, la magia en Gusu era abundante, entrenar con ella en ese lugar aumentaba la posibilidad de que un movimiento fuera bien hecho, por eso a los hermanos lan les gustaba entrenar en dicho lugar cuando de magia se trataba.

Esa noche en especial Qiren estaba a solas, sentado a la orilla del lago en posición de loto, había dejado al fénix en su habitación. Sus manos hacían movimiento suave y elegantes, una pequeña luz brillo en la punta de sus dedos y un poco del agua del lago se elevó, cerro sus ojos ligeramente y comenzó a moldearla, al comienzo hizo la figura de un conejo, saltaba en el agua con emoción, poco después se transformó en un jaguar, este moraba al lan con curiosidad, poco más tarde el agua tono la forma de una espada, en este momento el lan abrió los ojos observando aquella espada, extendió una de sus manos y tomo la empuñadura, su nivel de magia había aumentado al punto de poder tocar lo que creaba, el agua que conformaba la hoja parecía estar en movimiento, pero cuando toco el filo un pequeño corte se formó en su dedo índice.

Devolvió la espada al lago, miro a su alrededor antes de extender su mano, una luz verdosa encendió en su palma y las flores alrededor del lago crecieron hasta su punto más hermoso, se suponía que las personas solo podían aprender un tipo de magia, no todos eran compatibles con los diferentes elementos, pero Qiren era demasiado talentoso, había dominado tres de los cinco elementos y llevaba buenos cimientos para los dos restantes, podía hacer lo más básico de ellos, pero aún no podía usarlos para atacar.

Aquello era un secreto de dos, ni siquiera su hermano lo sabía, únicamente aquel Wen y este mismo le había impulsado a aprender más, al principio lo tomaron como un juego, ya que el Wen solo podía controlar el fuego, fue un buen maestro cuando Qiren decidió aprender sobre este.

-Ah, es demasiado cansado

Murmuró cuando trato de utilizar el rayo, lo único que logro fue terminar agotado, había gastado toda su energía, se recostó en el suelo y miro hacia la luna, Qiren siempre había tenido una fascinación extraña por este astro, cuando entrenaba de noche era como su tomara la fuerza de este, lo más sorprendente es que esa fuerza no se iba, se mezclaba con la propia y la hacía suya.

Sus ojos se cerraron lentamente hasta que el sueño le ganó.

Del palacio una figura alta salió, al ver al menor de los lan durmiendo en el suelo, negó ligeramente con una pequeña sonrisa, se acercó con paso calmado y lo tomo en brazos con cuidado, dirigió su mirada hacia la luna antes de devolverla al lan.

-Algún día.

Lo sostuvo con firmeza y lo llevo en brazos hasta la habitación del contrario, lo dejo en la cama y arropó después de haberle quitado los zapatos, se tomó el atrevimiento de quitar la cinta de su frente y cuando lo vino hecho, se inclinó hacia el menor besando sus labios.

El ave fénix no estaba por ninguna parte en la habitación, dando la privacidad adecuada para aquella acción tan desvergonzada.

El sol del elemento lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora