7. El fuego del festival (Parte dos)

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El Wen entro en la habitación con el Lan colgando, dejo que este bajara y lo sentó sobre la cama.

–Ni siquiera te has quitado las botas.

Reprendió mientras servía una taza del té que habían pasado por licor. Al día siguiente investigará eso. Le entrego una taza al menor.

–¿Por qué? Yo estaba jugando con ChangZe, es suavecito.

Qiren Murmuró bajo mientras daba pequeños sorbos al té y miro como el Wen le quitaba las botas y las echaba a un lado. RuoHan ciertamente tuvo que morderse la lengua al escuchar aquel comentario sobre el Wei, el fuego se agitaba en su interior.

Qiren dejo la taza de lado y aprovecho que el contrario estaba inclinado para tomarle por las mejillas dejando pequeñas caricias, después, beso aquellos labios con ternura.

RuoHan quería regañar al Lan, pero no podía, se miraba tan tierno y ese beso fue realmente cálido.

–Eres muy apuesto.

La voz del Lan sonaba somnolienta, más solo era el alcohol.

–Tú también eres muy apuesto.

El Wen siguió lo que hacía y quitó la ropa del contrario hasta dejarlo en ropa interior. Si le dejaba la ropa mojada se podría enfermar.

–A-Ren, deberías darte un baño

Para RuoHan era demasiada tentación. Tal vez si se fuera de la habitación un momento podría liberar un poco del calor que sentía y dormir en el suelo con calma.

Qiren se dejó desnudar, pero al poco tiempo ya estaba intentando quitar la ropa al Wen también, imitando las acciones del Wen con torpeza. No quería ser el único desnudo.

–¿Baño?

Qiren negó ligeramente, elevó una de sus piernas y coloco su pie en el hombro ajeno empujando al Wen al suelo, de un movimiento suave se sentó sobre el Wen, sus piernas estaban a los costados del contrario y sus manos en el pecho ajeno.

–También eres suave.

Qiren murmuró mientras se inclinaba ligeramente mirando al Wen, sus cabellos caían por sobre sus hombros rozando el rostro del mayor ligeramente.

Hoy el heredero Wen no dormiría.

–¿También soy suave? ¿Hiciste esto con ChangZe?

Los ojos del Wen se enrojecieron con ira y sus palmas comenzaron a calentarse.

Qiren asintió lentamente con un poco de torpeza, no estaba consciente de que sus palabras podían malinterpretarse.

El Wen quería matar a su amigo por atreverse a tocar de esa forma a su enamorado, quería, pero algo lo distrajo. El Lan aún conservaba la ropa interior, y aún seguía mojada, por lo tanto, al Lan la tela se le pegaba al cuerpo. Era muy fácil imaginar y sentir que clase de cosas estaban debajo de la ropa interior. 

–A-Ren... Espera.

Cuando RuoHan noto un intento del menor por besarlo tuvo que pararlo, tenía que pensar en demasiadas cosas, y ese Lan no se la dejaba fácil. Al final el Wen cedió y acaricio el rostro del menor con ambas manos.

–Dame un beso.

RuoHan pidió con voz suave, nada comparado a la tormenta que se estaba desatando en su interior. Aquellos suaves labios se posaron nuevamente sobre los propios, el beso del Lan era torpe y sabía a licor.

–Estás muy borracho.

El Wen tomo las mejillas del Lan y con ellas el control del beso. Movio su cuello y labios hasta establecer un ritmo más estable. Pequeños sonidos húmedos se escuchaba del encuentro de dos bocas. Era exquisito, lindo, suave y dulce.

El sol del elemento lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora