The hunter

Prólogo

—Dios, ya me cansé de caminar. Me ando volviendo más vieja —se detiene a descansar, seguido de un gruñido—. Ok, tal vez estoy exagerando, pero la verdad es que mi condición física es un caos, con un tiempo de no pelear y siento que estoy tiesa.

Un lobo se acerca a ella y se sienta para vigilar.

—Tranquilo amigo, nadie viene por aquí —saca una botella de agua—. Voy a matar a Luffy, siempre me avisa a la hora —le da un trago a su botella.

Se levanta para seguir su camino y guarda su agua. Empieza a caminar, revisando el mapa que había tomado antes de irse de casa.

En un momento se detuvo, justo cuando sintió el filo de una espada apenas tocando su cuello, pero ni se inmutó, solo vio de reojo a un hombre de cabellos color verde.

—Amigo, vas a matar a la persona equivocada un día de estos —baja su mapa.

—Busco a un pirata —el lobo le gruñe—. Calla a esa bestia.

—Para empezar, ¿me viste con cara de uno? —lo mira incrédulamente—. Y segundo, es un lobo, genio.

—La verdad no pareces un pirata —baja la espada.

—Lo voy a tomar como un halago. Y se supone que si buscas a alguien debes de tener una imagen como referencia por lo menos —se cruza de brazos.

El peliverde saca el cartel y se lo muestra a la pelinegra.

Muestra una sonrisa ladina. —Sé en dónde puedes obtener información acerca de éste tipo. Hay un pueblo cerca de aquí, solo ve para el sur.

—Gracias —empieza a caminar pero en otra dirección.

La chica evita reírse. —Definitivamente es peor que Kaito —susurra—. ¡Hey, grandullón! —se acerca a él.

—¿Grandullón? —la mira.

—¿Qué? Eres más grande que yo, pero si no te gusta ese apodo, tengo otros; que claramente no te van a gustar, y es en referencia a tu cabello. En fin, ese no es el punto. El sur está de éste lado, ven, yo también voy para allá, solo sígueme —empieza a caminar y el espadachín la sigue.

Durante el transcurso del camino, el silencio fue algo tenso e incómodo. Pero fue interrumpido por el hombre.

—¿Vas en busca de algo?

—No, solo que un conocido me llamó a última hora, lo cuál hace cada que le surge un problema, cosa que no se me hace rara viniendo de él —responde con mucha tranquilidad—. Ahora dime amigo, ¿cómo es que eres un espadachín y eres pésimo para el sentido de orientación?

—¿Algún problema?

—Algo así —lo mira—. ¿Cómo es que llegas a las ciudades o las encuentras?

El peliverde solo se ríe ante el comentario de la pelinegra. Pues en ves de tomarlo como ofensa, le causa gracia.

—La próxima vez lleva una brújula o algo. Capaz y me llego a enterar que te fuiste a meter a algún lugar de bestias y te devoraron —ve el mapa.

—No creo —confiesa el peliverde.

—Como sea, bien, aquí es —llegan a la entrada de un pueblo—. Ahora, si me disculpas, tengo que buscar a alguien por aquí y ver en qué líos se ha metido, para luego matarlo, nos vemos tipo de las espadas —se va alejando.

El peliverde ve como se marcha, para luego esbozar una leve sonrisa.

—Espero volverte a ver —susurra.

La pelinegra ve un cartel de se busca, en él, estaba la imagen de alguien, cuyo rostro estaba cubierto con tela, tenía un sombrero, y solo se podían ver sus ojos. Toda su vestimenta era de color negro.
La chica sonrió al ver el precio del cartel, pues este era muy alto, más alto que la mayoría de los piratas que buscan.

—Esta va a ser una travesía muy interesante —toma el cartel y se va en busca de su amigo—. Vamos chico —llama a su lobo—. Hay que buscar a tu compañero de problemas.

* * * *

Lo sé, no aprendo. Pero estoy viendo la serie y se me ocurrió la idea. T^T