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Canis Lupus vs Felis catus

Después de contarle a Kaya lo sucedido y lo que estaba pasando en estos momentos, todos salen de la habitación de Kaya y se separan en dos grupos, cada uno con un canido acompañándolos. El duo pelinegro va directamente a la cocina a ver si no hay moros en la costa.

—Vamos al sótano, a ver si están Zoro y Usopp —propone Kai.

—Vamos —Daiyu lo guía.

Al llegar, ven que no hay nada, pero se dan cuenta de que hay rastros de vidrio cortado.

—¿Crees que ya los hayan atrapado? —cuestiona su hermana.

—Supongo —mira a otra dirección—. Y tengo la teoría de que se deshicieron del cadáver de Merry —se acerca al rastro de sangre.

—Koa, busca a Zoro —el lobo olfatea y sale corriendo en busca del peliverde.

—Hay que terminar con esto —saca sus dos katanas, mostrando una mirada fría.

Flashback

Aldea Shimotsuki, hace 7 años.

Varios jóvenes con uniformes verdes rodeaban la arena, en dónde se encontraban peleando dos jóvenes, quienes tenían caretas.

Lejos de ahí, un barco arribó a dicha aldea, bajando solamente una mujer y su hija. Ambas caminaron por el frondoso bosque, hasta que escucharon el sonido provocado por el choque de algo, seguido de gritos tanto de alguien mayor, como de alguien menor.

—¿Estás segura de que me quieres acompañar? Puedes regresar al barco si lo deseas —mira a la menor. Pues se percató del miedo que sentía al llegar a nuevos territorios.

—Dije que te iba a acompañar y eso haré —responde firmemente la menor, ocultando el miedo que tenía hace un momento.

La mujer sonríe al ver lo madura que es su hija y siguen caminando. Le ordena que se quede alejada de la arena, para que no salga lastimada, mientras ella va a hablar con el maestro. Ella asiente y ve como se va alejando la mujer.

A lo lejos, puede ver cómo pelean los dos jóvenes, percatándose de que uno siempre termina en el suelo y admirando la forma de pelear del contrario. Una vez terminada su pelea, se quitan las caretas, dejando ver qué eran un chico peliverde y una chica.
Se esconde para que no la vean.

—No levantas el hombro —confiesa la azabache—. Solamente es un consejo.

—No somos amigos Kuina —suelta abruptamente el peliverde—. No necesito que me des consejos.

—Tus movimientos dicen lo contrario. ¿Has aprendido algo desde que entrenamos juntos?

—¡No te burles de mí! —alza la voz—. Después de ti, soy el mejor guerrero —se acerca a la chica—. Un día, voy a superarte, y voy a ser el mejor espadachín del mundo.

—Tal vez algún día. Pero hoy no.

Siguieron discutiendo por un momento, hasta que se retaron y después la chica se marchó del lugar.

—Dios, que arrogante eres niño —sale de su escondite.

—¿Tú quién eres? —la mira hostilmente.

—Qué importa eso —dice de forma severa—. El chiste es que por ser orgulloso, no serás él mejor en nada.

El joven peliverde la toma del cuello de su playera y la fulmina con su mirada. Antes de que pudiera decir palabra alguna, la joven de lentes le da una patada en su estómago, acción que no se esperaba el chico.

The hunterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora