Capítulo 35

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Zoloto.


60 días antes.


Día 1.

Mi respiración comienza a acelerarse al ver la habitación.

<<es exactamente igual a la primera vez>>

Calma, Yelena. Respira....

Mis manos van inconscientemente a mi vientre, atrayendo el recuerdo de la tortura que me hico perder a mi primer bebé. Reacciono cuando recuerdo que hay cámaras, por lo que quito mis manos de allí de inmediato.

Hasta en la muerte nos veremos, tú, yo, y tus hijos

Supongo que se refiere a mis estrellitas, pero ¿sabrá que estoy embarazada? No tomaré riesgos, así que no le daré señales de que estoy embarazada.

Solo espero que la señora Claris y Uriel ya estén fuera del país con mis hijos.

por favor, sigan las luces del pasillo y lleguen a su destino.

La puerta se abre de repente, dejándome ver a las chicas cuando salen de sus habitaciones. Salgo de la mía con temor, pero no por mí, sino por mi hijo. Este hijo de puta es capaz de hacer lo que sea con tal de vernos sufrir, eso le encanta.

—chicas. —nos abrazamos las cuatro.

—¿están todas bien? —pregunto y todas asienten, sacándome un suspiro de alivio.

Sabes que no puedes protegerlas a todas, o eres tú y el bebé, o son ellas, pero no ambas. No puedes proteger a todo el mundo Yelena.

<<pero lo puedo intentar>>

Juntas caminamos por los pasillos siguiendo las luces y, al avanzar, me doy cuenta de que esta no es la misma casa de muñecas en la que estaba.

Recuerda que tú y Karim destrozaron ese bunker, cuando rescataron a Andrés.

<<es cierto, no tendría sentido traernos al mismo lugar. Pero, entonces, ¿Dónde estamos?>>

Llegamos a una gran puerta de madera la cual se abre sola.

Que futurista.

—bienvenidas a la casa de muñecas.

<<el vengador>>

—Yelena, ¿aquí es donde te torturaron? —me susurra Elliet.

—no, estamos en otro sitio, pero es casi lo mismo. — susurro. —nos va a torturar hasta querer morir. —digo recordando la vez pasada.

—por favor, pasen. —entramos y lo primero que capta mi atención es la gran mesa llena de comida que está al centro de la habitación. Miro las paredes y...

—así es, bestia. Todos ellas eres tú.

Que no se note la obsesión que tiene por ti.

—bueno, todos menos estos dos. —quita la sabana que cubre ambos cuadros y, al ver el retrato, me quedo helada y con el corazón a mil.

Ay no.

<<hijo de puta>>

—que bellezas ¿no es así? Haces hijos maravillosos, bestia.

—¡¿hijos?! —se desconciertan las chicas.

—Yelena, tienes hijos ¿y no nos lo dijiste? —pregunta Katha.

Yelena Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora