• Capitulo 1 : catástrofe con nombre •

62 1 0
                                    

[Martes 1 de Abril | 10:30]

¿Alguna vez te has detenido a escuchar tu corazón? ¿Contar sus latidos y mantenerte al tanto de él? ¿No verdad?

Pues, yo tampoco, siempre me pareció una tarea demasiado tediosa como para hacerla, pero talvez exista alguien que si lo haya hecho o que incluso lo esté haciendo.

Decidí dejar de hablar conmigo mismo y levantarme, llegaré tarde al colegio si sigo distrayendome con mis propios pensamientos, no queda mucho que hacer cuando el peor enemigo de tu concentración eres tú mismo.

- Adam Goldhearth, el almuerzo ya está preparado - se pudo escuchar desde la sala en la casa, era mi madre, pareciera estar molesta por alguna razón, espero no sea nada demasiado grave.

- Adam, ¿Podrías explicarle a tu pobre madre qué hacían tú y tu amiguito David fuera de la casa cargando tus cosas como si fueran ladrillos de construcción? ¿Qué has hecho con tu mochila la noche anterior? - el tono de su voz de notaba tensa, obviamente mi madre no estaba en el mejor momento como para siquiera decirle ni buenos días.

- Es que... David... - suspiré profundamente, tenía que explicarle exactamente como había pasado todo o mi madre se enojaria aún más de lo que ya estaba - mira, es que nuestras mochilas se destrozaron por una broma bastante pesada que nos hicieron unos chicos de otro colegio - menti, en realidad David quería ver quien llegaba más lejos sin usar su mochila - No te preocupes por los chicos, David ya se encargó de ellos, confía en mi -.

- Está bien, confío en ti mi hijo - me da un beso en la frente y juguetea con mi pelo, puedo ver un par de pelos rojos ser arrancados por el jugueteo, pero nada que me preocupe - Por suerte prepare otra mochila por si le pasaba algo a tu otra mochila, es el mismo modelo así que no te preocupes porque se vea ridícula - dijó mientras yo nos preparaba un té a ambos, uno de vainilla y canela.

Un vez estábamos terminados con el almuerzo, me higiénicé y me dirigí a la universidad, pude notar los destellos rojos en mis cabellos, especialmente porque la luz del sol los hacía aún más brillantes, tendría que haberme cortado el pelo, aunque me gustaba tenerlo algo largo también.

En medio de mis pensamientos, hubo una interrupción, el sonido de las puertas de la casa más lujosa del barrio, la casa de David, mi amigo de hace mucho tiempo, tanto que ya ni recuerdo hace cuánto, solo se que empezó antes de ir a la secundaria juntos.

- Adam~, llegaste bien ayer? Seguramente tu madre te regaño por lo de la mochila - se ríe con un tono burlesco - aunque parece que también estabas preparado para eso - miro mi mochila por unos momentos antes de volver su atención a mi.

- Está la tenía guardada mi madre por si le pasaba algo a la otra, la primera vez que la extrema preocupación de mi madre me viene de bien para algo, aunque pareciera que tú tampoco estabas sin nada - miré su mochila, está era más grande que la anterior, sin propósito claro porque David nunca lleva nada a clases, con suerte lleva un cuaderno y un lápiz, pero igual aprueba.

- Me gusta esta nueva mochila tuya - Trate de decirlo lo más serio posible, también quería reírme de lo de ayer - Aunque bueno, tanto poder de mochila en una sola persona que no lleva ni su dignidad ahí dentro -.

- Oye, eso fue rudoooo - hizo una mueca como apunto de llorar, aunque cambio rápidamente cuando vio que estábamos cerca del campus - Otra vez volvemos al infierno, por favor prométeme, que si no vuelvo... le dirás a tu madre que está re buena - hizo una mueca obsena y se metió dentro del campus, ese día casi se me ocurrió arrancarle el miembro viril y dárselo como chupetín.

Una vez dentro del campus tenía que esperar un rato hasta las 11 para entrar a mi primer clase del día, aún tenía 20 minutos así que decidí recorrer un poco las áreas por dónde nunca anduve, talvez descubra algo interesante.

PsiqueHeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora