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     Las horas pasaron desde que escaparon de Shells Town, ya era de noche y seguían en mar abierto, Nami intentaba descifrar la contraseña de la caja fuerte que robaron para poder tomar el mapa de la Grand Line y había pedido silencio, Zoro se encontraba descansando en el camarote y junto a el, Sina dormía tranquilamente en posición fetal, el chico cada cierto tiempo le daba una mirada verificando que estuviera bien.

     Y Luffy...el no podía contener su emoción ante su primer botín pirata, saltando de un lado a otro o colgándose de cabeza en el lugar que viera, irritando un poco a la ladrona de cabello anaranjado.

     —Somos un buen equipo—habló Luffy para bajarse del baupré acercándose a Nami, que había decidido no seguir con la conversación, colocando su cabeza sobre la de ella para escuchar—. ¿Aún no se abre?

     —No. ¿Podrías hacer silencio y darme algo de espacio?—con su mano intentó alejar al chico provocando su sombrero saliera volando.

     Luffy corrió hasta la proa persiguiendo su sombrero de paja, estando más tranquilo cuando este estuvo de vuelta en sus manos.

     —Eso no—advirtió con seriedad mientras volvía a poner el sombrero sobre su cabeza—. Con mi sobrero no te metas.

     —¿Por qué te importa tanto esa cosa vieja?—se quejó—. Parece que lo pescaste de la basura.

     —La basura de unos es el tesoro de otros—sonrió tranquilamente.

     La chica de cabellos lilas hizo un puchero avisando que se estaba despertando, se estiró sobre la cama dónde había dormido, escuchando con un poco más de claridad la conversación pero seguía sintiéndose perezosa como para abrir los ojos, Zoro observando que Sina se estaba moviendo mucho decidió hablar.

     —¿Pueden callarse? Quiero dormir.

     —Oh, lo siento, ¿Interrumpimos tu sueño de belleza?—escupió con sarcasmo la chica.

     —¿No te gusta lo que ves? Voltéate.

     La bailarina estaba volviendo a caer ante el sueño cuando un fuerte ruido metálico la despertó por completo, se sentó correctamente soltando un bostezo, observando a Zoro mientras volvía a amarrar sus espadas a su cadera, el mayor le hizo una seña con la cabeza y ambos salieron del camarote para reunirse con Luffy y Nami, que había logrado abrir la caja fuerte tomando el mapa entre sus manos.

     —Eres asombrosa, Nami—elogió la bajita mientras volvía a bostezar cubriéndose la boca, sin notar la pequeña sonrisa que la chica le regalaba.

     Zoro tomó la manija de la caja para volver a abrirla e inspeccionar lo que tenía dentro a parte del mapa.

     —¿Esto todo? ¿No se supone que hay oro dentro de una caja fuerte? ¿O joyas?—preguntó algo decepcionado.

     —Esto es más valioso que el oro—reprendió Nami—. Es conocimiento. Un mapa de la Grand Line.

     Y Luffy volvió a sacar a la luz su poco conocimiento acerca de donde se hallaba la Grand Line, Nami quedó desconcertada al enterarse de que el chico iría a un lugar sin saber dónde estaba, más el de sombrero de paja no perdió la oportunidad de volver a pedirle que ella fuera su navegante.

     Los cuatro regresaron al camarote para que Nami les diera una rápida clase, dibujando las divisiones del mar y sus respectivos nombres con una tiza, indicándoles sobre la línea roja y la banda que cruzaba por la mitad siendo esta la Grand Line, un peligroso trecho del océano que albergaba grandes islas, enormes ciudades y a los piratas más peligrosos, un lugar lleno de riquezas.

𝙎𝙩𝙚𝙖𝙡 𝙏𝙝𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙬 ━━𝘝𝘪𝘯𝘴𝘮𝘰𝘬𝘦 𝘚𝘢𝘯𝘫𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora