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¿quien tiene la oportunidad de buscar a la chica que le hizo soñar durante la primera adolescencia, y encima que te paguen por ello?

Amo mi trabajo. Creo que es en mejor de cuantos hay. Te permite viajar, conocer gente, escribir acerca de muchas cosas, fotografiar la vida -y a veces hasta la muerte- y, en general, percibir de una forma distinta el mundo, asi, que tambien lo entiendes un poco mejor. Para muchas personas no saber donde van a estar mañana es un problema, una suerte de caos mental. Para mi, no. es pparte del sabor, parte de la emocion. Claro que no puedes quedar con una chica tres dias antes, pero... Tampoco es tan grave.

El planeta tierra es exepcional.

Me lleve de la redaccion todo lo que encontre sobre las fil filles, las chicas de almabre, juntas y por separado. Era mucho pero no me importo. Pase la mañana haciendo una pequeña selección de material, desechando lo conocido o la topico, y el resto, a casa. Mientras veia aquellas fotografias de Vania, de Jess y de Cyrille, por mi cabeza pasaron muchas cosas. Si, suelo imvolucrarme en los trabajos que realizo, lo se. Aun no habia empezado y ya me habia involucrado en este.

Mire la portda que las llevo a la fama y a compartir no solo amistad, sino el nombre con el que se empezo a conocerlas debido a su extrema delgadez. Ahi estaban las tres, en Sports Illustrated, con aquellos trajes de baño tan seys, y ellas tan jovenes, tan hermosas, tan distintas. Una morena, una rubia y una negra. Integacion en los comienzos de la <<Era del Mestizaje>>, aparecer en la portada de Sports Illustrated, es consagrarse en el mundo de las top models. Aquel año consagraron a tres.

Vania, con su largo cabello negro,sus ojos grises, profundos, dulcemente tristes siempre, la nariz recta y afilada, el menton redondo, los labios carnosos, su imagen de perenne inocencia juvenil que tantos estragos habis causado entre sus fans y admiradores. Jess Hunt, rubia como el trigo, cabello aun mas largo y rizado con profusion, ojos verdes, siempre sonriente, chispeante, con su enorme boca abierta y sus dientes blanco, como muestras de su identidad, mandibulas firmes, frente y pomulos perfectos. Y Cyrille, negra y de piel brillante como el azabache, cabello corto, con ojos de trigresa oscuros y misteriosos, boca pequeña, con labios rojos de fresa, rostro cincelado por un Miguel Angel africano capaz de consumar una obra maestra. Y por supuesto, lo mas caracteristico de las tres: su altura, metro ochenta, su tipo moldeado por una naturaleza milimetrica... y su extrema delgadez. Sobre todo ella. La delgadez que las llevo primero al éxito, que incluso les dio un nombre, y que, finalmente las acabo matando.

Las chicas de alambre.

Rotas.

Conocia los datos, pero los detalles se me habian hecho borrosos en la mente por el paso de los años; asi que en casa estuve hasta pasadas las dos de la madrugada leyendo y rememorando todo aquello. Investigar sobre Vania, era hacerlo sobre las tres. Su destino tambien fue comun, asombrosamente comun.

Cyrille se llamaba en realidad Narim Wirmeyd. Habia naciso en el Cairo, Egipto. Pero era hija de Somalies. Su historia era una mezcla de un cuento espantoso extraido del reverso de las mil y una noches. Su padre la vendio a un traficante de camellos despues de regresar a Somalia, cuando tenia doce años. El traficante , de sesenta, no pudo con los deseos de libertad de su joven pupila, o lo que fuese, asi que ella se le escapo a los pocos meses, ya con trece años. La publicidad posterior, cuando llego al éxito, habia <<engordado>> convenientemente la odisea de la niña, ya de por si especial y dramatica; pero la realidad no era mucho mas simple. Narim, escapo de su <<dueño>>, paso la frontera, llegó a Etiopia... alli logro despertar el interes de un hombre de negocios britanico, que la empleo en su casa, y al año, un amigo de este, un frances, se la llevo a Paris. Con quince años y caminando por los campos Eliseos, Jean Claude Peyel, cazatalento y dueño de una de las mejores agencias de Francia, supo ver en ella lo que muy poco despues verian millones de ojos en el mundo: que era especial, capaz de enamorar a la camara y vender lo que se pusiera encima, ya fuera ropa o un perfume. Asi nació Cyrille, su nombre artistico.

fil fillesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora