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El primer amor serio de Vania, pese a que por entonces, a los 16 años, ya iba directa a la fama, había sido de lo mas vulgar. Tomas Fernández. No lo digo por el nombre, claro. Lo digo por que el tal Fernández, por entonces tenia 19 años y no era mas que un guaperas con aires de macarrilla. Recordaba haber visto sus fotos, y algo de el en televisión, aprovechándose del momento, tra la muerte de Cyrille y de Jess y de la desaparición de Vania. Lo mismo que el primeroscuro marido de Marilyn Monroe se busco la vida, a el no le importo hacer lo mismo, el primer oscuro primer novio de la  top mas famosa de las tops nacionales de su tiempo. Además, salir con ella le había habierto alginas puertas, asi que hizpo algunas cosillas antes de ser sepultado por su falta de clase. En fin, no siempre las mas bellas se enamoran de los tios que puedan estar a asu altura.

Cuando digo que el corazón femenino es imprevisible…

A carmina tampoco le había costado mucho dar con el. Las babosas dejan un rastro. 19 años después de la breve relación sentimental con Vania, Tomas Fernández seguía buscándose la vida como lo que era, un listillo.

Ejercía de relaciones publicas en una discoteca marchosa, para noctambulos selectos. O sea, que seguía siendo un macarrilla, sin clase, pero con percha.

No se por que pero odio a los relaciones publicas de las discotecas. Será por que me parecen gigolós encubiertos, o chulos con licencia para ejerce, o depredadores de la noche cuyo único propósito es meter gente en el local que les paga y, de paso, sacar la mejor de las tajadas, de dinero, o en carne.

Vivía en una torrecilla, discreta y humilde, aunque fuese en Sant Just Desvern.

-¿si?

Me abrió la puerta en calzoncillos, y con cara evidente dee haber sido despertado con mi llamada. No me sentía mal por eso. Y aun menos al verle. Tenia 38 años, cabello alborotado, un pelin largo, torso peludo y un tatuaje hortera en cada brazo, un poco mas debajo de los hombros, cuerpo trabajado, por lo menos un par de horas de gimnasio al dia, y mandibula cuadrada.

-      ¿Tomas Fernandez?

-      ¿Qué pasa? ¿sabe que hora es?

-      Las doce –le informe.

-      ¡joder! Acabo de meterme en la cama hace menos de 4 horas.

-      ¿puedo hablar con usted? – me negué a tutearle, aunque a mi todo el mundo me tuteaba.

-      ¿de que?

-      De Vania – le enseñe mi carnet de periodista de Zonas Interiores.

Eso ultimo le hizo abrir los ojos

-      ¿Zonas Interiores?

-      Estamos haciendo un reportaje. – ahora ya si. Se depejo de golpe. A falta de un buen café pero… se despertó de un golpe.

-      ¿Cuánto vais a pagar? –me entraron ganas de reir. Pero trate de comportarme.

-      Nada.

-      ¿Cómo que nada? Lo que se vale una pasta, ¿no?

-      Lo que sabe lo conto hace ya 10 años, asi que no tengo mas que leerlo y repetirlo –dije sin cortarme ni un pelo-. Pensaba que ahora  querria hablar  por simple espíritu de colaboración… además de salir en Zonas Interiores y de la publicidad, eso si que comporta.

No supe si iba a cerrarme la puerta en las narices o  si meditaba a cerca de lo que acababa de cirle, finalmente fue eso ultimo.

-      Hace ya 10 años, cierta prensa me puso a parir, como i yo tuviera culpa de algo. –se quejo-

fil fillesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora