Chapter 32: We'll burn in hell, Jinyoung

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Luego de hacer aquella promesa tan cruda y desgarradora, Jihyo limpió sus lágrimas y apretó los dientes, poniéndose de pie para al fin enfrentar al hombre que le causó tanto daño durante años. 

                    

– Sabía que eras un bastardo sin un poco de criterio – habló mirándolo – Pero no pensé que tanto. 

                    

– No me vengas a dar una cátedra de moral, Jihyo – giró los ojos el castaño con una sonrisa cínica – Menos tú, maldita prostituta. 

                    

– Prostituta con la cual se acostó tu prometida varias veces – atacó y la sonrisa en el rostro del mayor desapareció – Prostituta que fue contratada con un objetivo y terminó enamorándose, y cómo son las cosas – rió sin gracia – Mis sentimientos fueron totalmente correspondidos. 

                    

– Cállate, eso no es verdad – renegó con rabia – Sana no puede estar enamorada de ti. 

                    

– Puedes creer lo que quieras, ya no me importa – respondió con frialdad. 

                    

– ¿Cuándo aprenderás a respetarme, mocosa malagradecida? – escupió alzando su mano, apuntando a la rubia con su arma. 

                    

– ¿A quién crees que intimidas con un arma? – sonrió cínicamente caminado hacia el chico hasta que la pistola quedó pegada a su frente – Sólo te ves como un cobarde que no sabe qué hacer, ¿cuándo aprenderás a ser un hombre? 

                    

– ¡Cállate! – gritó bajando el gatillo, con la intención de asustar a Jihyo, pero esta seguía con una sonrisa en el rostro. 

                    

– ¿Vas a matarme? ¿Así como mataste a Somi? ¿Así como mataste a Yerim? ¿Así como mataste a Irene, tu amante? – le recriminó y el alto apretó la mandíbula – ¿O como mataste a Tzuyu? ¿Eh?  

                    

Sana, quien seguía estática no podía creer que Jinyoung haya hecho eso. Le costaba mucho trabajo asumir que el hombre con el que pensaba casarse, no era sólo un violador y proxeneta, sino que también un maldito asesino. 

                    

– ¿Por qué no peleas como hombre, Jinyoung? – cuestionó Jihyo apartando la mano del chico con brusquedad. 

                    

– ¿Cómo mierda sabes ni nombre? – interrogó. 

                    

– Tsk, tsk – chasqueó la lengua tras una breve risa – He esto muy cerca de ti todo este tiempo, ¿no logras reconocerme, Park? 

                    

– ¿De qué estás hablando?  

                    

La rubia miró de reojo a Sana y luego a Chaeyoung, quien asintió con su cabeza. Tal como ella le dijo... 

                    

Era momento de que el antifaz caiga. 

                    

PROSTITUTE || SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora