Los dos días de su descanso recomendado terminaron, la mayor parte de esos días estuvo en compañía de Sirius que atendió bien las órdenes del médico y lo bañaba con su fastidioso aroma a cada segundo.
Regulus estuvo con él unos minutos, pero fingía estar dormido para no tener que responder las preguntas que seguramente le haría para las que él realmente no tenía respuestas, ¿en cuanto a los señores Black?, no habían compartido con el más de 10 minutos durante los días y de cierta manera lo prefería así, pero ahora que se suponía debía salir de esa habitación no sabía cómo sería su dinámica con los Black.
Sirius volvió antes de las nueve esa mañana.
_ Mis padres quieren que bajes a comer _
_ Bien, pero necesitare vestirme _
Severus entonces se encontró en otra encrucijada, no sabía de donde iba a sacar ropa, esos caóticos días no solía llevar nada más que una serie de batas que en su piel se sentían ridículamente finas y caras, y los elfos se las proporcionaban.
_ ¿Qué pasa? ¿No tienes hambre? Recuerda que el medimago dijo que debes comer _
Severus rodo los ojos, ¿Cuántas veces había estuchado las palabras debes comer del Black?, era ridículo que fingiera estar preocupado por él.
_ No es eso Black, es que no tengo ropa _
El alfa hizo un gesto de reconocimiento.
_ Mi madre lleno el closet derecho con ropa para ti, ponte algo, te esperare en las escaleras _
Cuando el alfa se fue Severus camino al closet, al abrirlo encontró mucha ropa que seguramente era más ridículamente cara que las batas, tomo lo primero color negro que vio, se sentía a gusto con ese color, la ropa era fina, sí, pero de manera diferente a las de Regulus, Sirius y su padre eran más el tipo delicado y fino de la matriarca Black, era obvio que no eran ropas para magos comunes, eran ropas que fueron confeccionadas delicadamente para los omegas y resaltar su belleza, suspiro, supuso que ahora ese era su destino, aunque dudaba que hubiera un solo gramo de belleza en su ser que resaltar.
Salió del cuarto solo unos quince minutos después, no mentira abrochar tantos botones sin magia fue agotador, debía hablar con el alfa sobre las restricciones mágicas que sufrió en Azcaban.
Sirius lo esperaba recargado en el pasamanos de la escalera, cuando sus ojos se posaron en él, Severus se sintió extraño no podría descifrar por que le gustaba que el Black lo mirara.
_ Te ves _
Y termino el extraño gusto que encontraba en la mirada del alfa, seguro ahora haría comentarios de lo horrible que le quedaban las ropas a las que apenas y llenaba, o lo asqueroso de su cabello y cara, decidió cortar cualquier ofensa.
_ Ahórrate tus insultos Black, vamos a desayunar _
Comenzaron a bajar las escaleras, aunque Sirius no dejaba de parlotear de lo oscura y malévola decoración del lugar, a Severus le pareció una casa rica finamente decorada, al parecer no tan grande como Malfoy Manor pero aun así era exquisita.
_ Quizás se vería mejor con algo de rojo y dorado _
_ ¿También quieres leones Black? _
_ Se verían excelentes en el salón ahora que los mencionas _
_ Tu gusto en decoración es tan pobre como tu talento para vestirte _
El alfa hizo un gesto herido.
_ No es como que tú te vistas con gran estilo, hablaremos de esto más tarde, ¿preparado? _
Cuando el asintió Sirius toco la puerta frente a ellos, esta se abrió.
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Una Serpiente y un León
Fiksi PenggemarLa guerra mágica ha terminado, Dumbledore había matado a el mago tenebroso y ahora era doblemente héroe. Ahora los magos que sirvieron en su causa debían ser juzgados por sus crímenes, entre ellos estaba la mano derecha de Voldemort el beta Severus...