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—Mi nombre es Haruki Yamada, y soy un exorcista de nivel. Estoy aqui para eliminar al demonio Leviatán, que ha poseído a ese hombre.—apunté en dirección hacia el inconsciente, que yacía en el suelo con su aspecto desaliñado que lograba atemorizar.

—Yo soy Nami, ellos son Luffy, nuestro capitán, Usopp, Zoro y Sanji—esta miró al último—, el chef.

—Muy graciosa...—Sanji murmuró hacia un costado.

—Tengo que hacer el exorcismo ahora—cuando intento levántarme, mi cuerpo me lleva la contra. Abro un poco mi túnica y veo la mordida; está cada vez más oscura que antes—, Dios...

—No puedes hacer así tu trabajo, estás herido.—Luffy me ayuda a levantarme y me deja bien sentado en el suelo, yo dejo caer mi cuerpo agotado hacia atrás.

—No hay tiempo... Nos han mordido—miré a Usopp—, el tiempo que me tarde en hacer el exorcismo, es el tiempo que nos queda de vida.

El moreno palideció, sus ojos se abrieron de aquí hasta marte y su boca se abrió medias, asustado a la idea de morir.

—Me imagino que intentan asimilar qué ocurre, de ser ustedes, yo también estaría asustado, pero es por eso que estoy aquí—mantengo mi vista sobre Usopp—, La mordida que hemos recibido es mortal. Son horas las que nos quedan, y la única forma de evitar nuestra muerte, es poniendo la sangre de uno de los ojos de oro de Leviatán sobre el área afectada.

—¿Ojos de oro? ¿Leviatán?—zoro se nos acercó de forma amenazante—, ¿De verdad vamos a creerle?—dijo, negandose a pensar que lo que salía de mi boca era cierto.

—Zoro-Nami estaba por recriminarlo pero el la silenció al instante.

—No, Nami, ¿Escuchan lo que dice? ¿es enserio? Es obvio que ese tipo tiene alguna especie de... rabia o algo así, no está poseído, eso es imposible.

—¿Y como explicas que se haya calmado en cuanto estuvo frente a la luz del sol?—Dijo Sanji, apoyándome.

—El mal es más fuerte de noche, la luz lo vuelve débil, es por eso que se detuvo.—dije de mala gana, sabiendo que una persona como Zoro no me haría caso, aún así debía intentarlo.

—No puedo creer que estén creyendole a este payaso...—agachó la cabeza rendido y se adentró al barco, dando un último portazo.

Mientras, Usopp cayó al suelo, Sanji fue en su rescate mientras Nami me ayudaba a levantarme.

—Está creciendo...—dije, todos vemos como su herida se hace más grande y se pone oscura, sus venas se comienzan a ver sobresalientes—, debo hacer el exorcismo mientras aún hay luz de día...

—¿Qué necesitas?—oigo a Luffy y logra sorprenderme, no pensé que realmente me creyeran pero el... él tiene una mirada de fé, una que nunca había visto en nadie, solo en... Solo en una persona con exactitud...—, Lo que necesites, estamos a tu disposición.

Nami asintió, al igual que Sanji.

—Agradezco la ayuda, y su gran espíritu de ayudarme pero...—bajé la mirada sonriendo débilmente—, no hay nada que puedan hacer para ayudarme, lo único que podrían hacer es acercarme a la playa más cercana y abandonarme a mi y al demonio, y luego son libres de seguir su camino, no son antes curarte.—miré a Usopp al final.

—Un buen pirata ayuda a otros.—dijo Luffy viéndome.

—Pero no soy un pirata.—me rei.

—No, pero eres una persona que sé que vale la pena ayudar, Haruki.

Cerré los ojos con fuerza y suspiré, luego asentí.

—Todo lo que necesito es sal, un par de sogas y una vela.

I Fucking Love You (Zoro X Male Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora