Haruki se encontraba en un pequeño pueblo costero, donde había recibido la noticia de que un pirata había sido poseído por un demonio. Como exorcista, sabía que era su deber enfrentarse a esa amenaza y liberar al hombre de su posesión maligna.
Cómo persona; prefería quedarse en casa, cómodo y fresco trabajando y entrenando para convertirse en nada más y nada menos que en el mejor Exorcista del mundo. El más conocido, más famoso, más tenido y todo lo que sigue.
El joven exorcista emprendió su camino hacia el barco pirata, una embarcación majestuosa con velas desgastadas y una tripulación temible. Era un narco demasiado grande, lleno de más gente como para permitir que todos murieran.
Según tenía entendido, el demonio poseedor de un cuerpo era Leviatán, el animal de los orgullosos. Ese que se cree poseedor de los mares, una bestia conocida como un dragón, o incluso una serpiente marina que intenta apoderarse de todo el territorio oceánico.
Haruki estaba decidido a enfrentar al demonio y no permitir que causara más daño. Con paso firme, abordó el barco y se adentró en su interior en silencio, tan silenciosamente, que pudo notar que la tripulación del barco especulaba sobre el hombre poseído.
-Robó mis espadas, no puede quedar impune.
-Le das demasiada importancia. Ya tienes tus juguetes de vuelta, dejémoslo en una playa y sigamos en nuestra misión.-escupió la pelirroja, haciendo al hombre de pelo verde enfurecer.
-Nami tiene razón, no necesitamos nada más de ese hombre, dejémoslo a su suerte por ladrón.
-Es una persona, chicos. Además, ¿Vieron sus habilidades para pelear?-se refirió el capitán de la tripulación, que aún estaba abierto a nuevas opciones de marineros en su barco.
-Claro que las ví, incluso las sentí-chilló el moreno, dejando ver uno de sus delgados brazos y, oh no...- ¿Viste lo que me hizo? Aún me duele.
-Deja que te ayude, esa mordida se ve realmente mal...
Una mordida. No había nadie más apropiado que Haruki para saber que esa mordida, dentro de algunas pocas horas, sería mortal. Si no exorcizaba pronto a ese demonio, ese chico moriría. Ahora tenía más para creer que fue lo correcto aceptar esta misión.
Su flojera casi le gana.
Mientras recorría los pasillos del barco, pudo sentir la presencia demoníaca cada vez más fuerte. Finalmente, llegó a la cubierta, donde encontró al pirata poseído atado a un tronco, con ojos rojos y una sonrisa siniestra en su rostro.
Haruki no perdió el tiempo y le puso un palo en la boca con fuerza, evitando hacer ruido y llamar a los demás detrás de el. Tomó al hombre con su poca fuerza y lo arrastró lentamente hasta un barandal del barco; debía salir de ahí lo más pronto posible y volver para curar al chico. Agradeció a la tripulación despitada por haber dejado el barco cerca de una playa, así el trabajo sería más ligero.
-¡Ey!-pero, su esfuerzo por hacer las cosas bien, una vez más, se fueron por la borda-, ¡Ey, tú, detente ahí!
Escuchó múltiples pasos venirse en su contra, más un fuerte forcejeo que lo tomó de un hombro, voltenadolo hasta quedar frente a frente con el pirata de cabello verde.
-¿Qué demonios crees que haces?
-¿Qué le has hecho?-La chica que recuerda era Nami, tomó el pulso del poseído, notando que no tenía y cada vez se ponía más pálido-, Está muerto...
-No, no lo está-dijo Haruki, soltándose del agarre de su contrario, logrando tomarlo del brazo y ahora tener así acorralado a Roronoa Zoro con un cuchillo en su garganta, amenazando a todos los que tenía a su espalda-, baja las espadas... ahora.
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I Fucking Love You (Zoro X Male Reader)
De TodoUn día, mientras descansaba en su humilde morada, Haruki Yamada, un exorcista de alto nivel, recibió una noticia que cambiaría su vida para siempre. Le entregaron una misión especial: exorcizar a un hombre imposible de controlar, un peligroso pirata...