Mi Dulce Tormento.

Capítulo 22: Problemas en el primer dia.

Estuve en modo hiatus, lo siento.
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Un atardecer que durará en la memoria del corazón por los años que resten de vida, una emoción, un sentimiento, la alegría de vivir un momento tan maravilloso que pasará a la historia de una vida entera hasta la muerte.

Llegamos a casa, a nuestro departamento luego de que culminará nuestra boda, nos fuimos a cenar juntos y caminamos un rato tomados de la mano sintiendo que íbamos en las nubes. Cruzamos el umbral de la puerta, yo siendo sostenido entre sus brazos, rodeando los míos sobre su cuello, sonriendo como nunca creo haber sonreído y Zhan hace lo mismo, mirándome con un leve sonrojo.
Mira un poco alrededor cuando entramos a la habitación y frunce los labios al ver que incluso el edredón de la cama es de un rosa pálido. Yo pensé que le gustaría pero no dice nada, supongo que ya me dirá algo después.

Aún recuerdo las palabras que dijimos delante del juez; nuestros juramentos:

—"Cuando estamos juntos y me dices que me amas...mi corazón salta y se llena de alegría, mi mundo se pinta de colores y cada momento siento que la vida es mejor a tu lado. Por eso hoy yo Xiao Zhan, te tomo como mi legítima esposa y Omega y prometo amarte y respetarte todos los días de mi vida hasta que mi existencia perdure en este mundo."
—"Yo Wang Yibo, te amo como jamás creí amar a nadie y te acepto a ti como mi alfa y mi futuro esposo y prometo amarte y respetarte, estar contigo en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza hasta que la muerte nos separe."

—Bienvenida a casa mi adorada esposa. –Zhan me saca de mi ensoñación. Yo río y él también.
—¿Esposa? Soy tu "esposo".
—Eres mi chiquita bebé preciosa Omega y punto.
—Jajajaja, ¡No Zhan ! ¡Eso se oye horrible y terriblemente cursi!. –Me deja sobre la cama y comienza a quitarme los zapatos.
—A pues ni modo, acostumbrate, que así te voy a llamar todos los días.
—Jaja no. No quiero. –Se acerca a mi y yo solo coloco mis manos en sus hombros.
—Entonces ¿mi baobei?. –Se acuesta sobre mi y yo envuelvo mis brazos rodeando su cuello para besarlo.
—Si, así si.
—¿Mi cosita preciosa?.
—¿Mi cursi bobo?.
—Aiya eso no es muy dulce, es algo...
—Tierno lo se.
—Mi didi siempre es tierno aunque lo niegue.
Comienza a besarme lentamente, suave y con un modo tan tierno que pareciera que no quiere ni tocar demasiado mis labios para no lastimarlos, sin embargo; a medida que avanzan sus manos acariciando mi cuerpo, su intensidad y pasión empieza a apoderarse de él y con ello sus besos son más anhelantes y toscos, olvidando por completo el decoró.
El teléfono comienza a sonar pero ni siquiera le presta atención antes de apagarlo.

Responde a cada uno de mis movimientos con una atención decidida. Se mueve justo como necesito y se me corta la respiración cuando se aprieta contra mí la primera vez.
—Zhan...
—Eres mío ahora.
Se apoya en una mano y deja la otra libre para recorrer mi cuerpo, eso me excita.

Sus dedos se deslizan por todo mi contorno, soy suyo para que me moldee y esculpa a su antojo.
Solo con su dedo índice, dibuja constelaciones en mi ropa; cada punto conectado por un intenso deseo diferente, que jamás creí que pudiera sentir con tal ansia. Se quita la camisa y me ayuda a mi a quitarme la ropa rápidamente, mi piel está ardiendo con cada toque y mi corazón deprisa esperando lo que sucederá a continuación.
—Gege... —De manera inconsciente abro un poco las piernas y tiemblo ante su mirada ardiente; se moja los labios y recorre con su lengua mi pecho acariciando mi abdomen bajando poco a poco hacia ese íntimo lugar.

Introduce sus dedos y una vez que me acostumbro a él, asiento y se retira un poco solo para volver enseguida otra vez.
—Aghh... ah... ge... Ah!
—Mmm...ah. Wang...yibo...ah eres...eres mio, solo mio.- Su voz entrecortada me hace temblar.
—Todo tuyo...Zhan...
Nuestros cuerpos se mueven juntos, imparables, somos un coro de jadeos y gemidos.