𝐔𝐌: Cuando el sol asoma su rostro dorado y la luz se vierte sobre el horizonte, los cielos susurran una verdad inmutable: Nace un nuevo día, un lienzo en blanco, cada amanecer tienes una oportunidad de reinventar y comenzar de nuevo.
No te quedes...
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Presente.
─ ¿Pero por qué la Secta del manto estelar quiere matarla? ─ Los tres estaban caminando extraño. Gojo tomaba una gaseosa mientras Suzume comía sus gomitas favoritas.
─ Lo que ellos adoran es a un Tengen puro. No dejarán que el cuerpo de Plasma estelar, una impureza, se mezcle con él.
─ Son como esos fanáticos exagerados.. ─ Los tres se dividieron y empezaron a hablar por vía telefónica.
─ La secta del manto estelar es un grupo de no hechiceros. No hace falta preocuparse por ellos, con los que hay que tener cuidado es con Q.
─ Como sea, todo saldrá bien. Nosotros somos los más fuertes. Por eso el señor Tengen nos solicitó a nosotros, ¿No? ─ Hablo con aires de superioridad.
─ Eres un presumido, Satoru ─ Gritó Suzume desde la otra línea mientras que Suguru hacía una cara de asco hacia el teléfono.
─ Este, Satoru, pensaba decirte esto desde hace tiempo. Deberías dirigirte a la gente con más respeto.
─ ¡¿Que carajos?!
─ No tienes decencia con nadie, ni con tus superiores ─ Suzume arrojo la bolsa de gomitas a la basura luego de terminar de comerlas.
─ Si.. sobre todo con ellos. Ya que es posible que veamos al señor Tengen. ¿Por qué no intentas hablar con un poco más de humildad? Y los más jóvenes tampoco te tendrían miedo.
─ ¡JA! Ni lo sueñes..
─ Anda, hazme caso, Satoru... ─ Suplicó Suguru. ─ Bueno, como sea, hay que discutirlo después.
Suguru se acercó a una de las habitaciones tocando el timbre. Un pitido empezó a sonar con una voz al fondo, Suguru había activado una bomba en la habitación.
─ ¿Sigues vivo..? ─ Preguntaron los dos en la línea.
─ Por lo menos yo si. ─ Salió de su maldición quien lo había cubierto de algún daño.
─ Si se muere la mocosa, ¿Será nuestra culpa? Ah.. ─ Satoru miró hacia arriba viéndola caer desde la habitación llena de humo.
─ Me encargo, atrápame.
Suzume saltó partiendo el vidrio con una patada, se tiró como "clavado" hacia abajo para agarrar a la niña. Tomó impulso saliendo unas llamas naranjas por sus pies y manos para llegar hacia ella.
