𝐔𝐌: Cuando el sol asoma su rostro dorado y la luz se vierte sobre el horizonte, los cielos susurran una verdad inmutable: Nace un nuevo día, un lienzo en blanco, cada amanecer tienes una oportunidad de reinventar y comenzar de nuevo.
No te quedes...
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En los bellos erizados soplaba el aire frío de Tokio, Suzume estaba en un parque poco oscuro. Las últimas de las preocupaciones era si se aparecía alguna maldición quería asesinarla.
Aunque no se quejaría si apareciera cierto hechicero maléfico.
─ ¿Por que no tienes activada tu energía maldita?
─ ¿Es acaso que me harás daño? ─ Giró su mirada para chocar con la de el siguiendo sus movimientos hasta quedar sentado cerca de ella en la banca.
─ Sabes que no. ─ colocó su cabello hacia atrás, la chica se colocó de pie para romper la cercanía ─ ¿Estás enojada conmigo?
─ ¿Como crees que estoy? Geto, ¿¡Que fue lo que pasó?! ¡¿Una masacre?! ─ Alzó la voz viendo al moreno quien tenía la mirada neutra. ─ Ya ni siquiera puedo ver una pizca de humanidad en tus ojos.. tu.. el Geto de antes nunca haría algo así..
─ El Geto de antes ya no existe, Suzume. Todo lo que ha pasado me ha dado a entender que es inútil proteger a monos que no son capaces de protegerse así mismo, ¿Que no es más fácil sobrevivir con nuestra especie?
─ ¿Especie? ¡¿Monos?! ¡¡De que carajos estás hablando!! ─ Suzume miró a Suguru recibiendo la respuesta en sus ojos, la chica empezó a negar y a caminar de un lado a otro ante las ideas de su novio. ─ No, no, no.. ¡No! No, ni creas que voy a seguirte ¡¿Cómo piensas que esa es la solución?!
─ No te estoy pidiendo que me sigas, si no que me comprendas y.. me contradigo, pero me gustaría tenerte a mi lado en todo esto. ─ Se colocó de pie tomándola suavemente de los brazos.
─ ¡No me toques! ─ Le gritó. ─ ¿Esto fue por lo que pasó? ¿¡Por Riko?! ¡Suguru! ¡Se que una pérdida no se supera pero esto no es la solución! ¿Es que acaso no fue suficiente todo lo que hice por ti? ¡Para que estuvieras mejor!
─ No, no fue suficiente. Eso no iba a revertir lo que pasó. ─ Las lágrimas empezaron a caer en sus mejillas, no sabía que podía ser tan cruel con ella. Estaba consiente que sería difícil volver a ser como antes pero esperaba al menos una mentira para reconfortar todo el esfuerzo que hizo para que el moreno no cayera completamente en su depresión.
─ Estos pensamientos erróneos.. no te van a devolver a Amanai ─ Suzume giró para irse secándose las lágrimas, Suguru la tomo del brazo negando su ida y ella lo empujó enojada conteniendo su llanto. ─ No te me vuelvas a acercar.
Suguru la dejó ir.
La chica llegó a la academia con las mejillas y la nariz roja, en el pasillo de encontró a Gojo con las ojeras notablemente en su rostro. Empezó a acercarse a ella a paso lento luego de un triste suspiro, la chica entendió el mensaje y se tiró hacia tu pecho rompiendo en llanto.
...
─ Eres.. Megumi Fushiguro, ¿Verdad?
─ ¿Y ustedes quienes son? Por cierto, ¿esa cara que? ─ El pequeño Megumi miró serio a los dos jóvenes, Satoru mantenía una expresión de extrañes y con una pizca de asco mientras Suzume solo abrió los ojos y lo miró de pies a cabeza.
─ No, nada. Es que eres igualito. Pero eso no es importante, tu papá viene de una buena familia de hechiceros, los Zen'in, pero es un inútil que hasta a mi me cae mal, se escapo de casa y luego te tuvo a ti.
─ Satoru.. se un poco más prudente con el niño. ─ Susurró. Suzume se agachó a su altura hablándole amablemente. ─ Tú eres capaz de verlas y también tienes el don, ¿Verdad? Ya te diste cuenta de tu propio poder, ¿No es así? Al clan Zen'in le encanta la gente con talento.
─ Los rituales se manifiestan entre los 4 y 6 años. este es el mejor momento para venderte, ¿Verdad? Megumi, tú eres la carta más poderosa que tu padre guardaba bajo la manga contra el clan Zen'in. Es para enfadarse, ¿No? Y, hablando de tu papá, fíjate que yo lo ma...
─ No me importa. No me interesa donde esté ni que haga. No lo he visto por años, ya ni recuerdo su cara. Con lo que dijeron ya mas o menos entendí. También hace poco la mamá de Tsumiki se fue.
─ Ah, Megumi ya regresó. ─ Salió una chica arriba de un balcón mirando hacia el encuentro.
─ Quiero decir que ya no les interesamos y que nos la veamos como podamos, ¿No?
─ ¿En serio estás en primero de primaria? Bueno, como sea.. pregúntame cuando sea si quieres saber sobre tu padre. A la una, a las dos.. ─ Satoru se puso de pie junto a Suzume ya que había copiado la altura del chico. ─ Creo que sería una historia interesante.
─ En resumidas cuentas, ¿Que quieres hacer, Megumi? ─ Sonrió amable. ─ ¿Quieres irte con el clan Zen'in?
─ ¿Que pasaría ahí con Tsumiki? ¿Ella podrá ser feliz si nos vamos ahí? De eso dependería...
─ No. ─ Satoru lo interrumpió con un tono serio. ─ Para nada lo sería. Te lo puedo asegurar. ─ El chico retrocedió un poco ante el repentino cambio, Satoru rio volviendo al ambiente normal sacudiendo la cabeza de Megumi. ─ ¡Okey! Déjame a mi el resto, pero tú también vas a tener que poner de tu parte.
─ Adiós, Megumi. ─ Se despidió tocando suavemente su hombro y sacudiendo su mano para despedirse de Tsumiki siguiendo a Satoru.
─ Échale ganas, ¿Eh? Tienes que volverte muy fuerte. Para que no te quedes atrás de mi. ─ Susurró para si mismo la última frase.
Los estudiantes suspiraron siguiendo su camino hacia la preparatoria nuevamente.
2017
─ ¿Cómo les fue con Yuuta? ─ Recogió sus papeles mirando a su amigo.
─ Se adaptará, lo ví tímido pero tiene potencial con los estudiantes.
─ Eso espero, ¿Paso algo con Rika? ─ Salió del Aula caminando al lado del albino.
─ Nada interesante. ─ los dejé en la escuela. ─ ¿No crees que eres muy responsable? Siempre te veo con papeles en la mano.
─ ¿Siempre? Estos son los archivos de Okkotsu, se los pedí a Ijichi para revisarlos y asesorarlo en cualquier cosa que necesite. ─ "Para eso estoy yo" Dijo Satoru egocéntrico. ─ No me malinterpretes, pero del ultimo que quiero recibir un consejo es de ti. ─ El telefono teléfono empezó a sonar.
Llamada entrante de Ijichi.
...
El dúo se dispuso a ir al hospital, Ijichi los había llamado para notificarle lo que había pasado. Rika se había manifestado y Maki, una de las estudiantes, había resultado herida.
─ deja llevo los papeles a la oficina, espérame en el auto. ─ Se separaron. Suzume guardó los archivos minuciosamente al llegar al aula para no perder ninguno. Una sombra en la ventana la hizo alzar cabeza hacia esa dirección sorprendida.
La sombra desapareció en un instante, sentía que la estaban observando desde hace varias semanas. Cuando quedaba completamente sola no era la primera vez que veía este espectro, a veces en sombras o sus vibras en animales.
Nuevamente, Suzume no le dio importancia y salió corriendo para no hacer esperar al albino.