06: Ponete de espaldas

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' Ponete de espaldas '
Parte 2/2



SOFÍA

Buenos Aires, Argentina

Sheraton Pilar Hotel & Convention Center



El olor a porro invade mis fosas nasales a cada rato mientras Enzo fuma prácticamente pegado a mi. Ya me estaba drogando solo con el humo, aunque también estaba bastante entonada con el alcohol que había consumido. Doy una breve ojeada a todos los que están en nuestra mesa y cada uno esta en la suya con su respectiva pareja. La verdad es que ya estábamos hace una hora y media ahí dentro, todos re locos ya sea por todas las sustancias alucinógenas o por el alcohol, ademas la iluminación de colores parpadeando y yendo por todos lados no ayudaba mucho que digamos.

La música de pronto me envolvió completamente. Le doy un sorbo al vodka diluido con jugo que me había servido y empiezo a mover mis caderas contra la entrepierna de Enzo, contorneando mi culo contra él que no tarda en captar el movimiento. Posa su mano libre en mi cintura apretándome más hacia él, haciéndome sonreír.

La verdad es que ya lo había estado tentando toda esa hora, pero ahora sí que tenía muchas ganas de coger. Giró sobre mi eje para quedar frente a Enzo que no tarda en deslizar su mano por mi espalda baja hasta mi culo, apretándome hacia él.

Nos miramos y la verdad que no sé quién está peor. El que tiene los ojos más chinos de lo normal o yo que ya me da vuelta la cabeza de todo el alcohol que consumí. Mi mirada cae en su boca y me muerdo el labio inferior haciendo que sonría mostrando todos los dientes que brillan gracias a las luces fluorescentes del lugar.

Envuelvo su cuello con mis brazos atrayéndolo un poco hacia mi para juntar nuestras bocas, mezclando el sabor del vodka y de la marihuana que él había consumido haciendo que sea más excitante comerle la boca. Suelto un suspiro sobre el beso cuando se intensifica y nuestras lenguas se tocan. Su diestra sube hasta mi nuca cuando nos separamos, me mira y ya sólo con una mirada sabe bien lo que quiero. Chasquea su lengua y vuelve a bajar su mano para enlazarla con la mía.

Le chifla a Paulo que estaba sentado en el sillón con Oriana y le hace unas señas de que ya venimos. Oriana nos lanza una mirada cómplice y yo solo me limito a soltar una risita siendo arrastrada por Enzo entra la gente, rumbo a la salida del lugar.

Ya eran como la cuatro y media pasadas, la oscuridad reinaba afuera a pesar de las lunes que decoraban los alrededores del Hotel. Por suerte ya no habían muchas personas afuera, apenas unas cuantas que habían salido a fumar y los de seguridad que controlaban quién entraba y quienes salían.

Caminamos esos largos metros que parecieron kilómetros hasta el estacionamiento y entre risas nos pusimos a buscar el auto porque sinceramente yo estaba en con la cabeza dando vueltas. Después de un rato buscando Enzo saca las llaves haciendo que las luces del auto piten al igual q el claxon. Nos acercamos y yo lo rodeo hasta subirme del lado del copiloto, Enzo imita la acción pero del lado del conductor. Pone el seguro en las puertas y tira su asiento para atrás, inclinado a su vez un poco el respaldo.

No tardé ni un minuto en subirme sobre su regazo, poniendo mis rodillas a cada lado de su asiento y lanzándome a comerle la boca de una. Sus manos volaron hacia mis muslos mientras me correspondía el beso, deslizándolas hacia arriba para meterse debajo de mi pollera, subiéndola a su paso y de a poco el calor fue tomando posesión de nuestros cuerpos.

EXTRAS | Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora