KINKTOBER 2023 ||| SKZ

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𝑯𝒚𝒖𝒏𝒊𝒏

En los calabozos que se encontraban en el vasto castillo de Bran en Transilvania, se podía observar la notable característica del color grisáceo de los barrotes de hierro que encerraban a diversos humanos que habían intentado acabar con el famoso "Drácula". Era un monstruo conocido entre los aldeanos por acabar con los rebaños de los campesinos, era el sospechoso tras las misteriosas muertes de personas ensangrentadas en la calle que tenían dos orificios en sus cuellos.

Sin embargo, esa historia se convirtió una leyenda donde solo los más aficionados y creyentes de la fantasía se atrevían a adentrarse en el oscuro bosque, para finalmente llegar al castillo sobre un acantilado donde el frío de la muerte acechaba en cualquier momento.

Por años, miles de personas habían desaparecido en ese bosque, por lo que el pueblo decidió dejar para siempre el rumor sobre Drácula y los monstruos que habían nacido de él, siendo estos los famosos vampiros.

Las matanzas siguieron transcurriendo con normalidad hasta que un grupo de cazadores apareció y rodearon el castillo de Bran una noche de octubre; pero, lamentablemente la lucha terminó con bajas de ambos lados y con humanos encerrados en las jaulas del hogar de Drácula.

No obstante, entre los cazadores había un joven de notable belleza que no había sido encerrado con los demás, sino que este se encontraba en un cuarto alejado donde sus manos se encontraban atadas dejando sus brazos extendidos en dirección al techo de terracota.

Gracias a su altura no se estaba muriendo de dolor, pero le era incómodo que por horas siguiera en esa posición sin saber en qué momento algún vampiro se lo cenaría o lo dejarían libre por simple aburrimiento. Sin embargo, había otro pensamiento escondido en su recóndita mente, así que sin querer hacerse ilusiones seguía en silencio sin levantar la mirada.

Hasta que después de unas horas llegó una presencia que había cerrado la puerta detrás de ella, aunque el hombre había escuchado con claridad la nueva intromisión y con solo oler el hedor a sangre sonrió maliciosamente, mientras con cierto rencor murmuraba— Al final si viniste a visitarme, Jeongin.

El chico de tez pálida lo veía con molestia y acercándose a él le reclamó— Creí haberte dicho que no volvieras a acercarte, al parecer te importo una mierda.

El joven cazador hizo una mueca de desagrado mientras le decía— No sé porque cortaste conmigo si yo te había dicho que no me importaba que fueras un vampiro, quiero que me des una buena explicación.

El vampiro sin aviso alguno había puesto su mano en el cuello del cazador y sin problema lo tiró al suelo, rompiendo la soga que lo ataba al techo y lastimando la espalda del hombre, quien sin querer rendirse musitó— Yo te dije que confiarás en mí, que nunca te dejaría de amar aún si querías matarme en algún momento.

Jeongin siseó antes de golpear en la mejilla al cazador y de amenazarle diciendo— Te metiste en un nido de víboras, vas a morir aquí por tus estupideces y no pienso dejar que eso suceda, Hyunjin. ¿Me estás escuchando?

El cazador de inmediato alivió su expresión, pero mirando preocupado al vampiro le preguntó— ¿Por qué no quisiste escapar conmigo? ¿Qué tan mala es la idea de estar a mi lado?

Jeongin sintió dolor en su pecho, sin embargo no debía salir de su papel de vampiro cruel y malo, sino lo pondrían como un aliado de los humanos y sin duda alguna acabarían con la vida de ambos. Claro que no quería romper más el corazón de su dramático novio, más cuando había intentado romper con él y en el proceso Hyunjin no se quiso rendir.

El chico apenas había cumplido 17 años cuando él ya estaba por cumplir 200 años, Hyunjin era un humano que en tan solo unos años moriría, mientras que él lo vería envejecer sin poder morir a su lado. El simple hecho de estar enamorado de un humano que siempre podía morir y más al ser un cazador de monstruos era un peso para Jeongin.