D. Gray - man: Mansion Black Order

Introducción.

Hace diez años atrás, durante una de las expediciones realizada para recuperar una inocencia. Una pequeña niña de apenas 5 años se vio envuelta en una enfrentamiento entre exorcistas y akumas nivel 1 y 2.
Esta niña en su inocente mente al ver en el suelo algo brillante de color verde, que había sido soltado por uno de los exorcistas fallecidos en el enfrentamiento, le tomó entre sus manos y se oculto en el primer lugar que encontró.
Como es sabido, los akumas perciben las presencias de Inocencias, así que dos de nivel 1 se acercaron a la presencia, encontrando a la niña asustada que sostenía firmemente aquella inocencia contra su pecho. Al ser una niña pequeña, no pudo defenderse, así que termina falleciendo en el lugar.
Pero algo raro ocurre con ella cuando le encuentran al finalizar con todo, su cuerpo no se transformó en polvo, permanece intacto (exceptuando las heridas) respirando aún a pesar de la herida evidente en su pecho. La inocencia que permanecía siento apretada en la mano derecha de la niña, de alguna forma le había salvado la vida, le mantenía aún respirando. Aún así, los que presenciaban aquella escena, intentaron liberar a la inocencia de su agarre, pero entre más tiraban más fuerte parecía aferrarse a ella la niña. Ya en el último esfuerzo, la inocencia se rompió, convirtiéndose en cenizas que volaron todaa juntas al pecho de la niña, de alguna forma fundió con ella, con su nueva portadora.
Cuando la misión fue asignada no se esperaba mucho más que encontrase con akumas y una inocencia a recuperar. El hallazgo de una nueva portadora era toda una bendición. Sin importar que esta fuera una niña pequeña y mal herida, que la inocencia se fundiese con ella, era además de inesperado, algo asombroso.
Había nacido una nueva exorcista, la cual por su seguridad pusieron a resguardo hasta que despertara y hablara sobre ella. Aunque eso no fue posible, ya que todo recuerdo había sido borrado de su mente.
Lo único que le quedaba era el recuerdo de ella misma corriendo en plena campo de batalla, recogiendo la inocencia, de como se había ocultado y de como había muerto frente a aquellos monstruos.
Sin muchas cosas que hacer, luego de considerar la situación, los allí presentes (rastreadores y exorcistas), se llevaron a la niña rumbo a la Mansión, donde sería revisada tanto ella, como la conexión de la inocencia con ella. Y se vería además si la cicatriz de tal evento sería permanente o temporal.
Aquel momento en el cual la inocencia se fundió con ella, la herida en su pecho (más exactamente en su corazón), se cerró en parte, pero una comisura quedó abierta, de la cual se veía una luz verde brillante. Era una cicatriz muy peculiar, ya que no era del típico color piel, ni se ocultaba el hecho de llevar una inocencia en aquel lugar. Era muy visible, algo que podría traer problemas en un futuro.
Luego de una buena revisión médica, el hecho de que nunca recuperaría sus recuerdos, ni que la cicatriz color verde jamás desapareceria, se dio a conocer.
Aquella niña sin nombre era una NN, recibió el nombre de Ann (Alguien NN), y fue tomada por la orden para su cuidado y educación. Fue instruida en varias áreas mientras crecía, en pelea, historia, ciencias, primeros auxilios, entre otros.
Además de que con el paso del tiempo, la gente que vivía en la Mansión se convirtió en su familia o amistades.
En especial con Jerry, Komuii, Lenalee, que eran en ese orden, tío, primo y prima. Y la más cercana, al que consideraba como un hermano, era al exorcista Yu Kanda.
El se convirtió en su hermano, por el cual aprendió cocina y varias tareas domésticas, el por que, es que como ella no solía salir a misiones y su hermano vivía casi fuera por ella, cual el volvía, ella gustaba de recibirle con alguna comida casera preparada con amor. Aunque luego el siempre le encontrará el defecto.
Así entre todo, han pasado los años. Dejando atrás a una Ann torpe y tierna, de sólo cinco años, y dándole paso a una Ann, más vivaz, responsable e inteligente, de ahora quince años.