• Capitulo VII •

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†Mansión†

Cuarto de Allen, 15.00 pm

Narra Allen.

A lo largo de las semanas, luego del incidente de la última misión con Ann, he trabajado mi amistad con ella. Todo a escondidas, claro. Kanda estuvo rondando casi a diario, siempre vigilando a Ann. Solo realizaba alguna misión pero de corto tiempo para regresar pronto.
Nos encontrábamos en los jardines , biblioteca o en el cuarto de ella, el cual era mas seguro que el mío. Siempre charlabamos, reímos, etc. Si Kanda no hubiese molestado cada día, puede que hubiese acompañado a Ann en su viaje a la próxima ciudad. Partió ayer a la madrugada sin decir adiós. Poco conozco los detalles, pero algo tenía que ver con su salud. Me hubiese gustado ir con ella, pero Kanda de seguro hubiese encontrado manera de impedirlo.
Me recosté en mi cama a espera de noticias o de algún evento interesante.

Narrador Omnisciente
Comedor, Cena 22.00 pm

Por X razones Kanda y Allen terminaron sentados de manera enfrentada. Quizás incómodo y pesado, el ambiente a su alrededor no ayudaba mucho y tampoco nadie se acercaba a ellos a intentar cambiar algo. Ni aun cuando terminaron mejoró algo el ambiente, no hasta la llamada de Ann. Les obligo al par irse a la oficina de Komuii, ella les había llamado a ambos. Con cada uno hablo algo distinto. A Kanda le había pedido que no se preocupara por ella, que estaría unos días mas allí. Que fuese a la misión que quisiera. A Allen le pidió ayuda con un paquete que llegaría pronto y que de seguro no podría ir por el. Claro que eso tenía que decirle a todos, pero era mentira. La realidad era que le pidió que fuese dentro de dos días a buscarle, quería enseñarle la segunda ciudad donde pasaba la mayor parte de sus días. Dicho y hecho esto, Ann corto y siguió con sus estudios médicos. Se comunicaron los mensajes a Komuii y solo les quedaba esperar a ver que pasaba y que realmente Kanda se fuera de misión dentro de aquellos dos días que debía esperar Allen.

Al día siguiente

Allen se estaba preparando y Kanda por ahí entrenando, ambos ajenos a lo que ocurría en la biblioteca.
Los chicos de investigación también estaban haciendo algo, eso era una bienvenida para su pequeña. Luego de Lenalee, Ann era la consentida de la mansión, todo por haberle visto crecer.
Como era costumbre, al regreso de la chica, se organizaba algo. Todo sea para animarle. Ann siempre se mostraba como alguien alegre y que le ponía el hombro a quien le necesitara. Pero en el fondo, maldecía a su destino. Odiaba aquella herida en su pecho y lo extraña de esta... una herida verde y asquerosa... todo lo que significaba era su vacío. Para Ann esa herida era el símbolo de su pobreza de recuerdos y su soledad. Anhelaba en el fondo de su corazón una familia, un hermano, una hermana... padre y madre.. lo que fuese, pero que fuese suyo. La verdad tras su viaje era... estar sola.
Pronto Allen tendría que partir, y Kanda... se aproximaba el momento de tener que irse, y él aun sin misión o algo que le entretuviera para así Allen poder salir.

Esa noche, casi medianoche.

Nada había pasado, ni misión, ni encargo... nada. Para allen se le acababan las esperanzas de salir fácilmente. Que hacer... Mas que escapar. Timcampy se oculto en la chaqueta de Allen, este tomo sus cosas, las cuales había preparado durante el día. Con ayuda de Johnny, quien se aseguro de que Kanda no saliera de su cuarto, Allen salió hacia la estación. El tren tardo en llegar, además que era algo espeluznante viajar en el a esa hora. Llego a su destino de manera casi inmediata, por su lado era bueno. Timcampy salio fuera y acompaño a Allen el resto del trayecto hasta el hotel donde Lenalee, quien descubrió enseguida el plan entre ambos, le indicó que se quedaba Ann.
Fue algo extraño todo aquello, ya que a mitad de la noche había un nuevo inquilino y...
— ¡Allen! ¡¿no habíamos quedado vernos mañana por la mañana?!
— P-Pero...
— ¡Pero nada!
Se quedaron discutiendo un poco más, allí en medio del salón del hotel. Los dueños solo les miraban extraño. Ann cancelo el cuarto pedido por Allen... el suyo tenía dos camas y necesitaba que le pusieran al tanto de como iban las cosas en esos días de ausencia.
Ya en el cuarto de Ann, esta le invadió con preguntas. Pobre Allen que no podía responder, por el momento se sentaron en la misma cama para hablar. Luego de un tiempo tuvieron que interrumpir la conversación, ya era muy tarde y había que descansar.
Allen se fue a dormir a la cama contigua, solo se quito el abrigo y las botas, y se metió bajo las sabanas.

Por la mañana

Narra Allen

Me desperté gracias a Timcampy, no entendía por que me había mordido, aun estaba adormecido. Me senté al borde la cama y tallé mi rostro buscando despabilar y despertar. Cuando...
— ¡Ann!
No estaba en su cama. Recién recordaba donde estaba y que había pasado. Quizás y me equivoque al adelantarme y venir. A Ann no pareció molestarle dormir conmigo, en distintas cama, quizás ya había dormido junto a Kanda... Quien sabe.
Llamaron a la puerta, di permiso. Era un joven de mi edad, vino a decir que bajara para desayunar. En cuanto se fue me arregle un poco y baje. No había mucha gente, solo los dueños, Ann y aquel chico.
Luego de desayunar salimos juntos, Ann y yo, a dar una vuelta. Parecía que no había quien no le conociera, era un buen ambiente.
Caminamos por un largo rato, entramos a distintos negocios y hablamos de muchas cosas. Ella sonreía como una niña, una sonrisa cálida sin duda alguna.
Continuamos el resto la mañana haciendo ocio. Hasta que llego la hora de ir al hospital, Ann se veía algo ida. Nos quedamos de pie frente la puerta. Ann apretaba mi mano, tardo unos segundos en reaccionar. Me sorprendió... Se adelantó y miro hacia atrás, sonrió y entro. De algún forma ... pareciera que no quería mi compañía allí dentro. No entiendo muy bien, pero ya que, me quede en la cafetería de enfrente a esperarle.
Paso al menos media hora hasta que salió, parecía aliviada. Almorzamos algo y continuamos con el tour. No se dijo nada más con respecto el tema del hospital, mas que todo esta bien y ya podía volver. Partiríamos a la noche, queríamos llegar por la mañana a la mansión. Compramos algunas cosas, aún me pregunto de donde sacaba tanto dinero esa chica. Pero se veía feliz comprándoles y pensando en la reacción de todos al recibir un regalo. Volvimos al hotel al atardecer y acomodamos los regalos para llevarles a la mansión. Luego nos quedamos sentados en la cama de ella. Nos quedamos un largo rato en silencio, hasta que este fue roto. Igual que ella rompió en llanto mientras me abrazaba.
— Q-Q-Que sucede... ¿porque lloras? ¿Te duele algo?
Negó con la cabeza, sin despegarle de mi pecho.
— ¿Pasó algo malo? 
Volvió a negar. No sabia que decir o hacer, mas que abrazarle y acariciarle la cabeza.
— Calmate... no te dejaré sola, lo prometo... ¿si?
— ... p-por fa-a-vor ... no ... no me dejes sola ...
Cada palabra me hería e iba directo a mi corazón, se me rompía al oírle y verle así.

• • • • • •

Anocheció antes de darnos cuenta, ya había llegado la hora de la cena y casi la hora de salir. Decidimos saltarnos la cena e irnos. Ann no quería quedarse más, por alguna razón quería volver enseguida. Tomamos el tren cuanto llegó, nos sentamos donde pudiéramos estar tranquilos.
No hizo falta decir nada, nos sentamos juntos y durante el trayecto no le solté, sin decir nada, se notaba que necesitaba al menos un abrazo.
( YO: ...Mientras no te estés aprovechando de su momento de fragilidad.
Allen: ¡Oye! ¡ni siquiera estaba pensando en eso!
Kanda: ¡¿puedo matarle?!
YO: tranquilo...
Kanda: ¡le esta tocando! ¡durmió con ella! ¡Y dices que me quede tranquilo! )
Aún cuando llegamos mantuve mi mano en su hombro, continuando con el abrazo y no dejarle o hacerle sentir sola en ningún momento. Aun era de noche y...  espero que aún nadie se haya despertado. Medio a escondidas y en silencio entramos y le acompañe hasta su cuarto. Hice que se acostara, le arrope y me quede sentado a su lado,  al menos hasta que se durmiera. Tenía una linda carita mientras dormía.
« — Me quedaré un rato mas, solo para estar seguro...»
Me acomode a su lado, teníamos la misma edad y aun así parecía una pequeña niña ... me pregunto si también me veré así cuando duermo... hablando de ello ...tengo... sueño... pero... no puedo dejarle sola... de acuerdo, sólo unos minutos.



Una hora mas tarde, en la puerta del cuarto de Ann.

— ¡SUÉLTAME! ¡DEJA QUE LE MATE!

— Por...  por favor tranquilo...
— ¡CLARO QUE NO! ¡ESE BROTE DE HABAS DEBE MORIR!  ¡QUE LE CORTEN LA CABEZA! 
... Rayos... me quede dormido... y este tipo gritando, ¿que rayos le pasa? Intente levantarme, pero... 
— ¡¡...!!
¡Me olvide de Ann! Soy hombre muerto... 

[ Y bue... ya se me estaba haciendo bastante largo el capítulo. Le hice de prueba, ya que... no tenía muchas ideas. Ustedes me dicen que tal. ]

D. Gray - man: Mansion Black OrderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora