Realmente ni ella sabía dónde vivía, ya que, dimos cómo 3 vueltas en círculos hasta gracias al cielo su casera la llamó y pude dejarla en la puerta de su casa sana y salva.
De camino a casa me llamó Lando quién era otro piloto de fórmula 1 con el que compartí escudería por 2 años y se convirtió en mi colega, él eligió España para pasar el descanso de verano aunque yo le digo que me entrañaba tanto y por eso estaba aquí.
Llegué a la dichosa fiesta dónde él iba a ser DJ, era un caos parecía que les habían dicho todos contra todos.
—¡Ven Carlos!—me llamó eufórico.
—¿Estás de Caña? ¿Cómo llegaste a este club?
—Me trajo la rubia de allá—la saludó.
—Vale ya entiendo hoy vas a ligar
—¡No bro!
—Entonces sigue disfrutando porque yo si voy a ligar—él solo negó con la cabeza y yo me acerqué a un grupo de chicas que estaban bailando.
—Guapo hace mucho que no te veo por aquí—me dijo la pelirroja.
—Si es que andaba por Dubai—ellas solo sonrieron.
Ese día fue la ostia de las fiestas e incluso me llevé a la pelirroja a mi depa, pero realmente no me sentía como antes, algo había cambiado desde que conocí aquella mexicana.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ana
Habían pasado sólo dos días desde que me subí al auto de aquel español, para serles sincera lo hice con un poco de recelo porque pensé que me iba a secuestrar o algo así, pero si se ponen a pensar si me quería hacer algo malo lo hubiese hecho desde el principio.
Por otra parte, también estaba guapo, no era del tipo de chicos fresas con los que había salido, él era diferente.
Era alto, atlético, con unos ojos cafés que se asimilaban a la miel de abeja, pero ya pintaba unos 30 años y pese a que él sea cómo el buen vino tengo una regla que seguir "No estarás con hombres mayores por tu bien"
Aunque parecía que en los siguientes meses estaría ignorando esa regla.
—¡Dime! ¿Cómo es él?—dijo María en el teléfono.
Si, les conté a mis amigas, pero tengo una buena justificación (no me podía aguantar tanta belleza de un espécimen)
—Ya te dije es bien chulo
—Hay Ana Sofí te dije que si o si encontrarías novio al otro lado del chaco ¿Te dijo su nombre?
—No
—Bueno ya valió
—Si bueno al fin y al cabo sólo es un hombre más—fue lo último que dije y luego me despedí de María porque me tocaba clases en la escuela de actuación en la que había aplicado.
Vivir sola es más complicado de lo que parece, ósea literalmente tienes que pensar en todo. Lavar platos, la ropa sucia, limpiar el depa, cuidar a mis perritos, hacer mi desayuno, almuerzo y cena, más las tareas de la escuela.
Después de terminar clases salí a un ladies night (noche de chicas) con unas amigas que ya había hecho anteriormente en el salón.
—Vale tías no van a creer quién está en Madrid—dijo una de ellas.
—¿Quién?
—Carlos Sainz Jr.
—¿Y quién es ese?
—Es el hijo de Carlos Sainz padre—respondió otra chica.
—No lo conozco—dije sin importancia.
—¿Pero de qué vas tía? ¿Vives debajo de una roca?
—No sólo que no sé quién será.
—Vale aquí te va la biografía, Carlos Sainz Jr, es piloto de unas de las escuderías más lujosas de la fórmula 1 y de hecho hace no mucho ganó unas de las carreras más complicadas en Singapur—respondió emocionada.
—¿Y qué lo hace diferente a los demás?—pregunté.
—Tía lo único que te voy a decir es que le dicen "Chili" con eso te digo todo.
—¿Entonces pica?—pregunté inocentemente.
—Tía eso no sé, compruébalo tú.
—Ya, cómo si fuese tan fácil—terminé de decir para luego ir a la pista de baile a divertirme.
El último recuerdo que tengo es que la pasé increíble con mis nuevas amigas, desperté en mi habitación con jaqueca y muchas ganas de vomitar.
Me levanté para ver los mensajes que me habían dejado y escuché un audio de mi primo dónde decía que uno de sus compañeros de fórmula 1 vendría a mi depa a dejar unos encargos. Apenas terminé de escuchar el audio sonó el timbre del depa, fui directo a la puerta para ver quién era y se me detuvo el corazón al ver que era él.
—¿Qué haces aquí?—pregunté con asombro, sin embargo, no me respondió—¡Hola!—volví a decir.
—Lo s..siento—dijo mirándome de pie a cabeza, acto que repetí y me di cuenta de que lo único que me cubría era una camiseta larga.
Cerré la puerta sin pensarlo y me dirigí a cambiar mi ropa para volver a abrirle.
—Ahora sí, estoy decente ¿Qué pasó?—pregunté más tranquila.
Pero, seguía nervioso y lo único que pudo decir es—Esto me dio Checo—para luego salir corriendo.
