Capítulo 7

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¿¿¿¡¡¡Pero que hacían Alberto y Sandra peleándose!!!???

- ¡Alberto! ¿¡Pero qué haces!? –le grité horrorizada.

- ¿Yo? Eso pregúntaselo a tu amiguita. –me contestó intentando deshacerse de las manos de Susi.

- ¡Me da igual de quien sea la culpa! –exclamé con las manos en la cabeza- No entiendo nada. ¿Puede alguien explicármelo?

En ese momento llegó un profesor.

- ¿Qué está pasando aquí? –preguntó contemplando la escena, (aunque, bien por él, ya llegaba tarde)- Venga, fuera todos, aquí ya no hay nada más que ver. Y vosotros dos, -dijo señalando a Alberto y Sandra- venid conmigo.

Se levantaron cabreados y siguieron al profesor, bien lejos el uno del otro.

- ¿? –yo seguía muy confusa.

- Melo, deja que te lo explique...

Susi me lo contó todo. Me dijo que todo comenzó como una tontería; cuando me fui, todos se quedaron hablando un rato y Sandra descubrió lo creído que era Alberto (no necesitabas hablar más de dos minutos con él para darte cuenta). Y tal cual se lo dijo. Alberto, ni corto ni perezoso, le contestó que, ya que cada uno decía lo que pensaba, él se había fijado en que Sandra era un poco fina y pijita, a lo que ella, mosqueada porque no soportaba que la llamasen pija (cosa que yo ya sabía por qué me lo había dicho en clase) le gritó: "¿Tú crees que las pijas harían esto?" y seguidamente le tiró de los calzoncillos. Sin ningún tipo de pudor.

Y a partir de ahí empezó la pelea. Lucy me dijo que no habían llegado a pegarse, solo a empujarse y decirse alguna que otra palabra "bonita", porque ella y Susi los intentaron controlar.

En resumen; que todo eso me sirvió para saber tres cosas:

1- Sandra tenía muy mala leche si se lo proponía.

2- Lo de llevarle la contraria a Sandra alguna vez, mejor que no se me pasara por la cabeza.

3- Alberto tenía un lado vengador que no había visto aun.

Pero también me sirvió para NO saber una cosa: lo que me tenía que decir Pablo. Me quedé con la intriga. Y tampoco quería pedirle que me lo dijera, a ver si se iba a pensar que estaba muy interesada en saberlo... Aunque fuese la verdad. Además, le guardaba un poco de rencor por haberme cortado el rollo tan bruscamente en clase mientras miraba a Lucas. No se lo iba a perdonar.


Después del incidente volvimos a clase. Yo estaba medio traumatizada por lo que acababa de presenciar. En cuanto se acabase la clase hablaría seriamente con Alberto.

Me senté en mi sitio. Por detrás se acercaba Sandra, bastante seria. Se sentó sin abrir la boca, me miró y volvió a girar la cara mirando al frente. Yo no pensaba hacer ni un solo comentario sobre lo sucedido, porque tampoco quería liar más las cosas. Además, tampoco era nadie para meterme donde no me llamaban, así que...

- Melo, lo siento. Sé lo amigos que sois tú y Alberto, porque él no para de hablar de ti, pero ya sabes lo poco que me gusta que me llamen pija. De verdad que lo siento, he reaccionado así sin pensarlo... -aprecié un sentimiento de culpabilidad en el rostro de Sandra.

-Sandra, no pasa nada, enserio. Aunque Alberto sea mi amigo no significa que esté de su parte, así que no te preocupes por mí, ¿vale?

Asintió con la cabeza, como agradecida, aunque ella no estaba muy segura de lo que le acababa de decir y yo sabía que la cosa no acabaría ahí porque me quedaba hablar con Alberto. Aun así me sorprendió que Sandra me pidiese disculpas. En el fondo no era tan dura como quería aparentar.

Las movidas de MelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora