Overol |K.V| #BNAW

02

El señor Kim observaba como María, la ama de llaves, ponía una venda sobre la pequeña herida que tenía Jungkook en la parte trasera de su cabeza y también como Taehyung se encontraba escondido detrás suyo, no queriendo ver la mirada que le daría su progenitor.

—Listo joven Jeon. No es tan grave, solo tome estos medicamentos y el dolor cesará.

—Gracias María –le sonrió–.

—Si María, gracias. Puedes retirarte.

María asintió, tomo las cosas que había usado y las guardo en el botiquín.

—Me retiró señor Kim, jóvenes.

Hizo una venía y se retiró dejando la sala en completo silencio. Jungkook tenía la mirada en sus manos, dónde yacían los medicamentos que María le había dado. Por otro lado, Taehyung observaba por sobre el hombro de su padre a Jungkook, la herida que este tenía en su nuca para ser exactos, era pequeña, pero había sangre de por medio. Sabía que su padre estaba molesto, lo notaba por la manera en la que estaban sus hombros y como estos subían y bajan con su respirar.

—Jungkook...yo...no sé qué decirte, Taehyung... él...

—No se preocupe señor Kim –le interrumpió–. Me encuentro bien, no fue para tanto.

—¿Cómo que no? Tienes una herida en la cabeza y por poco te disparan.

—Bueno...eso –lamio sus labios pensando en una respuesta–. No importa señor Kim, por suerte no pasó a mayores y nos encontramos bien.

Subió la mirada y les sonrió. Taehyung hizo un puchero y bajo la mirada a su pies, su padre tenía razón, por poco y hiere a Jungkook no lo había hecho ya que sus manos no reaccionaron y solo atino a golpearlo pero ¿y si no hubiera sido así? Que tal y si él le hubiera disparado.

—Papá tiene razón.

Hablo, llamando la atención de los dos presentes. El señor Kim si hizo a un lado, dejando que Jungkook viera a su hijo. Taehyung subió la mirada y miro a ambos.

—Lo siento, a ambos. Yo –suspiro, no quería llorar–...no podía dormir así que baje por algo de comer y bueno...mi gula fue más que yo y paso eso de la olla...lo siento Jungkook hyung –hizo una venía, la cuál dejo sorprendido a Jungkook–.

—No es necesario hacer eso.

Taehyung subió la mirada y le observó. Jungkook lo miraba tranquilo, sin ningún ápice de odio o rencor en su mirada por lo ocurrido.

—Pero yo...-

—Se lo que ocurrió y creeme, yo también hubiera hecho lo mismo. Se que lo hiciste por cuidar de tu padre y de ti, así que no te preocupes, es solo una pequeña herida ya sanara.

Taehyung trago el nudo en su garganta y se irguió. Miro a su papá, el cual le veía con una mirada llena de amor y entendimiento.

—Asi que tranqui-

Taehyung se lanzo sobre él, dejando a Jungkook sin habla, abrazándolo como si no hubiera un mañana.

—Gracias, Jungkook hyung.

Después de ese pequeño inconveniente, ambos se alistaron para salir y viajar por la carretera que los dirigía a la ciudad.

—Tranquilo joven Kim, vera que los días pasarán rápido y regresara más pronto de lo que piensa.

—Eso espero María –abrazo a su pequeño oso contra su pecho observando como María empacaba sus pertenencias–.

—Una cosa importante joven Kim, no se olvide de tomar sus medicamentos, los estoy dejando en su cajita de siempre, ya la guarde en una de las maletas, también puse una hoja donde están anotados los nombres y en qué horarios deben de ser tomados.

—Esta bien María, gracias.

Apoyo su menton en la cabeza del peluche y pensó en esos dichosos medicamentos, cuanto los odiaba. Arrugó su nariz en desagrado, recuerda cuando tomo su primer medicamento, fue a los quince años, después de que le dió un fuerte dolor de cabeza que lo dejo desmayado en media clase, recuerda la cara de preocupación de su difunta madre en cuanto lo vio recuperar la conciencia, lo había abrazo y beso su cabeza un millón de veces, o así lo sintió él.

—Listo joven Kim, llamaré a Jorge para que lleve sus maletas, ya vuelvo.

Observó su habitación, está se encontraba levemente vacía, sus peluches habían sido guardados en una bolsa que llevaría consigo, sus chamarras que colgaban en la pared igual se encontraban en una maleta, al igual que toda su ropa y zapatos. Se levantó de su cama y suspiró resignado, ya no había como, si o si se iría a la ciudad.

Por otro lado, el señor Kim se encontraba con Jungkook en su oficina.

—Maria puso sus medicamentos en una de sus maletas, la cajita es de madera de color verde esmeralda ahí estan todos y dejo una hoja con sus horarios por favor haz que los tome en su hora.

—Si, no se preocupe señor Kim.

—Oh y un último consejo, más que consejo, un pedido muy pero muy importante, no dejes que rebasé los límites de su enojo por favor, no quiero que le dé una recaida.

—Claro, señor.

—Bien y...¡Oh! Toma –le tendió una papelito–. Es el número del doctor, en cuanto yo pueda iré allá y lo llevaré pero en caso de no poder tú ve con él.

—Bu-bueno señor...

—Por favor Jungkook.

Jungkook miro el papel y luego al señor Kim, suspiró y asintió.

—Esta bien, señor Kim.

—Gracias, hijo.

Taehyung se encontraba dentro de la camioneta, esperando a Jungkook ya que este se encontraba con su padre en la oficina de este. Suspiró y miró el reloj que yacia en su muñeca izquierda, eran aproximadamente las ocho de la mañana, el sol se asomaba levemente iluminando los prados verdes y sobre estos yacian las vacas pasteando y alguno que otro animal alrededor.

El golpe de la puerta siendo cerrada llamo su atención, miro a su izquierda y Jungkook apareció ante su vista.

—Taehyung...

Miro a su derecho, era su padre.

—Cuidate ¿Si?. Toma tus medicamentos en su hora y por favor hijo no-...

—Debes de beber más, si papá, ya lo sé.

Bajo la mirada, apenado. Su padre tomo su menton y le hizo elevar la mirada.

—Cuidate, mi pequeño tigre.

Los ojos de Taehyung picaron, pero guardo sus lágrimas con recelo.

—Tu también papá.

El señor Kim asintió y beso el dorso de su mano, Jungkook le miro y asintió, sabía lo que aquella mirada significaba: cuídalo por favor, es lo único que tengo...

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