07

283 39 2
                                    

Un nuevo día y semana había empezado. Aquel día estaba soleado, los rayos de luz atravezaban su cortina color marfil, dando directo a su rostro, haciendo que despierte. Pero, cubrió su rostro con la sábana que lo cubria de la noche y mañana fría, unos toques en su puerta interrumpieron su plácido sueño.

—Uhmm.

Murmuró, volviendo a dormir, pero, aquella persona que se encontraba al otro lado de la puerta no paraba de tocar está. Suspiró y quitó la sábana de su rostro, maldiciendo después de sentir como el pequeño rayo de luz daba contra su ojo derecho.

—¡Quien!.

—Baja a desayunar Taehyung, mamá preparo tu comida favorita.

Es verdad, la señora Jeon le había prometido cocinar su comida favorita aquella mañana. Miro la hora en su mesita de noche, eran las siete en punto de la mañana.

—¡Bajo en diez minutos!.

—¡Veinte para ti, Kim!.

Escucho como los pasos de este se iban haciendo lejanos, dando a entender que se había ido. Sonrió y se sentó en su cama, paso las palmas de sus manos por su rostro y quitó alguno que otro cosita de su rostro. Tomo un poco de aire y suspiró, aquel sería un buen día. Hizo lo que cada comienzo de semana hacia, y bueno aquello le tomo más tiempo de lo pensando.

—¿Le dijiste que baje?.

—Si mamá, hasta me dijo que bajaba en diez minutos.

—Bueno, quizá se volvió a dormir.

—Ire a ver.

—Jungkook, espera...

María suspiró, cansada de todo aquel drama de esperar a aquel niño mimado y aquella mueca de inconformidad no pasó desapercibido para Sunhe.

—¡Tae, ya estás!.

Grito Jungkook mientras subía las escaleras al segundo piso. Por otro lado, Taehyung, feliz, se puso un gorro de lana que quedaba con su nuevo overol, más unos lentes sin vidrio. Se veía perfecto. Se puso un poco de loción y salió de su habitación, giro y choco con alguien, haciendo que ambos cayeran.

—Pero que carajos...

—Ay...me duele la frente...

Se tocó aquella zona, se encontraba un poco tibia, la masajeo un poco y levanto la mirada.

—¡Porque no te fijas por dónde vas!.

—¿Que?, tu fíjate. Subí para llamarte nuevamente porque te tardaste más de lo usual.

—¿Es que acaso uno no puede tardar?.

—Taehyung, ya son las 9 de la mañana.

El nombrado frunció el ceño. No, de seguro Jungkook le mentía.

—Mientes.

—Ya, no importa si miento o no, es tarde y no por que seas hijo del jefe te da derecho a llegar a la hora que te plazca.

—¿Escuchas eso Jeon?. ¡Vete al infierno!.

Se puso en pie y camino a zancadas. Jungkook también se puso de pie y le siguió el paso.

—Taehyung, no seas grosero.

—¿Y que si lo soy? ¿En qué te afecta?.

Ambos bajaban los escalones.

—A mi en nada, solo que a ti te hace ver mal.

—Ñi ñi ñi...eso es lo que escucho.

Bajo más rápido, Jungkook suspiró y nego. Ambos llegaron a la cocina, y toda la alegría que tenía Taehyung desapareció en un dos por tres. María estaba ahí.

Overol |K.V| #BNAWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora