El suave brillo plateado de la luna se filtraba por las cortinas entreabiertas, pintando un tenue resplandor en la habitación de la joven pareja. El silencio reinaba, solo interrumpido por el suave respirar de los dos lobos durmiendo plácidamente.
De repente, un quejido agudo rompió la quietud. Jungkook, aún sumido en un sueño profundo, se removió inquieto. Su frente perlada de sudor denotaba el dolor que comenzaba a apoderarse de él. Algo dentro de su cuerpo se retorcía, recordando una sensación que ya había experimentado hace siete años atrás.
Los recuerdos del parto de Jaewon regresaron a su mente con fuerza, como un torrente de emociones que se apoderaba de cada vaso sanguíneo en su interior. El dolor, la incertidumbre, pero también la felicidad y el amor que lo inundaron en aquel entonces.
El omega, agarrando el borde de las sábanas, cerró los ojos con fuerza, intentando controlar la oleada de emociones y sensaciones que lo abrumaban. Podía sentir el vientre apretarse, como si quisiera recordarle que aquel momento estaba ligado a algo importante.
El dolor no se detuvo, se intensificó, resonando en su cuerpo como un eco del pasado. Jungkook no pudo contener un gemido ahogado, que escapó de sus labios entre dientes apretados.
A su lado, Taehyung, aunque aún dormido, comenzó a percibir los sonidos de angustia de su omega. Su sueño se volvió inquieto y poco a poco sus ojos se abrieron. Al percatarse de la situación, la preocupación se apoderó de él.
—Kookie... —susurró Taehyung, su voz cargada de sueño y preocupación. A pesar de que aún estaba medio adormilado, su instinto de alfa lo impulsó a acercarse a su omega, se levantó de su cama individual y en tiempo récord, ya se encontraba abrazándolo con delicadeza.
Jungkook, al sentir el calor reconfortante de Taehyung a su lado, se aferró a él con fuerza. Sus lágrimas, mezcla de dolor y emoción, mojaban la almohada.
—Tae... —murmuró entre sollozos, incapaz de contener la avalancha de emociones que lo embargaba.
Taehyung lo sostuvo con ternura, acariciando su espalda con suavidad. Sabía que aquellos momentos eran intensos para Jungkook, reviviendo el momento en que dieron la bienvenida a su amado Jaewon.
—Estoy aquí, mi omega. Estoy contigo —susurró, su voz cálida y tranquilizadora—. Todo va a estar bien.
El alfa sabía que no había mucho que pudiera hacer para aliviar el dolor físico de Jungkook, pero estaba determinado a brindarle todo el apoyo emocional que necesitaba. Estaban juntos en ese momento.
Jungkook se aferró aún más a Taehyung, dejando que las lágrimas fluyeran, liberando la carga emocional que llevaba dentro. Sentía el apoyo del alfa a su lado, y eso le daba la fuerza para enfrentar aquellos recuerdos.
Poco a poco, el dolor empezó a ceder, dejando espacio a una sensación de paz. Jungkook se aflojó en los brazos de Taehyung, exhausto pero reconfortado.
—Gracias, hyung —murmuró, su voz temblorosa aún mostraba gratitud.
Taehyung lo miró con ojos llenos de amor y ternura. Acarició su rostro con delicadeza y le dio un suave beso en la frente.
—Siempre estaré aquí para ti, Kookie. Recuérdalo, siempre juntos.
Ambos lobos se quedaron abrazados en la calidez de su hogar, encontrando consuelo y fortaleza en el hogar que por ahora compartían. Aunque aquellos recuerdos pudieran ser dolorosos, también eran una prueba de la fortaleza que los unía.
Después de un rato, los dolores de Jungkook cedieron y pudo lograr conciliar de nuevo el sueño. Su rostro tranquilo y sereno contrastaba con el suave brillo de la luz de la luna que se colaba por la ventana.
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𝟑𝟎 𝐃𝐈𝐀𝐒 𝐂𝐎𝐍 𝐌𝐈 𝐄𝐗 | taekook
FanfictionJungkook es sorprendido por su hijo días antes de su séptimo cumpleaños. Le pide que, durante treinta días, vuelvan a ser la familia que eran antes. Jungkook sabe que es una petición imposible, pero el alfa Taehyung, hará todo lo que esté en sus man...