01: coming back home.

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Las reglas ya estaban dichas;

1. Prohibido llegar tarde (después de las 7 pm). La cena se servía a las 6 pm.
2. En la mesa no se tocaba el tema del trabajo, ni del dinero, tampoco de negociaciones.
3. Debía ayudar en todas las tareas domésticas, sin excepción alguna.
4. Nada de videojuegos, ni estimulación tecnológica.
5. Los domingos no se iba al trabajo, el día era enfocado únicamente a la familia.
6. Camas separadas.
7. Leer cuentos a Jaewon antes de dormir, justo como lo hace el omega.
8. Tomar supresores.
9. Nada de besos, ni caricias, ni provocaciones. Tampoco palabras de albur o cualquier acto que le dé esperanza a Jaewon (o a él) de regresar.
10. Y por supuesto, empacar sus cosas al cumplirse los 30 días.

Era el acuerdo al que ambas partes habían quedado dispuestos por cumplir. Esta vez, Tae las tenía difícil, más no imposible. Claro que podía hacer todo eso y más por su cachorro.

Esa mañana, mientras Jungkook salía a hacer las compras de la comida del mes, Taehyung se quedó en casa en espera de la entrega de las dos camas individuales que su asistente, Seokjin, se había encargado de adquirir.

30 días para cualquiera podría sonar mucho, pero para él, es como si dicho tiempo transcurriera en un parpadear. No se creía que Jaewon estaba por cumplir los 7 años, y que hacía más de 10, que conocía a Jeon, a quien hace poco, aún solía llamar su lindo omega.

Y es que el amor que se tenían era tanto que Jaewon era una prueba de ello. No terminaron por infidelidades, ni engaños, o por toxicidades. La razón del por qué se debía a que Taehyung, de las 24 horas del día, pasaba 16 en la empresa, y 8, apenas en la casa, donde sólo dormía y apenas el sol salía, ya se encontraba de regreso en la oficina.

No llevaba ni recogía a Jaewon de la guardería, ni le leía cuentos, tampoco estaba a la hora de la cena, y el desayuno prefería tomarlo en la oficina.

Las peleas por no dedicarle tiempo a un Jaewon enfermo, de aquel entonces, desencadenaron su separación.

Para el omega, de nada le servía estar casado con Taehyung, si emocionalmente no estaba presente. Y sospechaba, que la enfermedad del cachorro, se debía precisamente a la ausencia de su padre alfa. Por lo que, aquella madrugada, entre lágrimas y súplicas de los dos lobos, decidieron separarse.

Se seguían guardando cariño y respeto, debían hacerlo por su hijo. Taehyung nunca supo de algún alfa acercándose al omega, y tampoco estaba interesado en buscar otra pareja.

Su prioridad era Jaewon, su felicidad, y en que nada le hiciera falta, como a él, durante su infancia.

Entendía por completo que el cachorro deseara verlos juntos, admirarlos una vez más unidos como familia, y para que éste fuese feliz, él debía poner todo de sí para cumplirlo. Incluso si eso involucra respetar las reglas que Jungkook impuso en papel con su puño y letra.

Si Jaewon lo esperó durante tres años, la empresa debía hacerlo por treinta días.

Observó con atención cuando el camión de mudanza llegó con los muebles, junto con más de sus pertenencias. Como ropa, zapatos, accesorios, y productos de aseo personal. También pidió dos edredones a juego para las camas, y mejores almohadas. Su descanso lo merecía.

Entró, junto con los trabajadores, a la habitación que solía compartir con el omega. Era de verdad amplia, limpia y muy bien ordenada. Olía delicioso, y cada detalle estaba ahí justo como él lo recordaba. Incluso las fotos de ellos dos, esas fotos de su boda donde ambos sonreían ampliamente, el omega aún las guardaba y las tenía expuestas. Suponía, era para que Jaewon no sospechara del rompimiento.

Bajaron la antigua base a la bodega situada en el patio, y la suplantaron por esas dos camas diminutas. Taehyung sabía que, en cualquier día durante ese mes, las probabilidades de caerse eran altas, por su alta estatura y porque era muy desordenado a la hora de dormir, y Jungkook, por supuesto, no dudaría en reír de él.

𝟑𝟎 𝐃𝐈𝐀𝐒 𝐂𝐎𝐍 𝐌𝐈 𝐄𝐗 | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora