11: rainy days.

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maratón (2/3)

Con un suave aterrizaje, la familia Kim-Jeon finalmente tocó suelo en Viena

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Con un suave aterrizaje, la familia Kim-Jeon finalmente tocó suelo en Viena. Un transporte privado los aguardaba en el aeropuerto, dispuesto a llevarlos a un espacioso departamento de lujo, gentileza de uno de los socios de Taehyung. 

El omega se ocupó de abrigar cuidadosamente al cachorro; las temperaturas oscilaban entre los 0° y 5° grados Celsius. Evitar que el pequeño cogiera un resfriado era una prioridad en su estancia.

Durante el trayecto hacia el departamento en Viena, Jaewon se acomodó cerca de la ventana, sus manitas presionadas contra el cristal, apoyando su rostro mientras se maravillaba con la vista que se desplegaba ante sus ojos curiosos. El frío del invierno teñía sus mejillas de un tono rosado, y su naricita se veía ligeramente sonrojada debido a la baja temperatura, pero su emoción superaba cualquier incomodidad.

A medida que pasaban por cada edificio, sus ojos se iluminaban con una mezcla de asombro y deleite. La imponente arquitectura de Viena cautivaba su atención, con fachadas elegantes y detalles ornamentales que adornaban cada estructura. Los tejados cubiertos de nieve agregaban un encanto invernal a la ciudad, como si estuvieran envueltos en un manto de pureza y encanto.

A pesar del frío que se colaba por la ventana, Jaewon se negaba a apartar la mirada. Quería absorber cada detalle, cada color y forma que se deslizaba ante él. Las luces de la ciudad, acompañadas por la decoración navideña que adornaba las calles, creaban un espectáculo encantador que hacía que la pequeña incomodidad del frío fuera insignificante.

Sus ojos curiosos recorrían el paisaje urbano, y de vez en cuando, volvía la mirada hacia sus padres con una sonrisa radiante, compartiendo su entusiasmo por descubrir la nueva ciudad que se convertiría en su hogar temporal. La felicidad de Jaewon parecía disipar cualquier incomodidad. Jungkook, desde su lugar, se sentía inundado por una sensación de paz y dicha al presenciar la emoción pura de su hijo.

Observaba con admiración cómo Jaewon, con la naricita roja y los cachetitos colorados por el frío, no dejaba de maravillarse con cada detalle que la ciudad ofrecía. El brillo en sus ojos y su entusiasmo infantil eran un recordatorio conmovedor de la magia que puede existir en las cosas más simples, incluso en un paseo en automóvil.

Desde el asiento delantero del vehículo, Taehyung observaba el reflejo de Jaewon en el espejo retrovisor. Su corazón se inundaba de alegría al ver al pequeño, con la naricita rosada por el frío y los ojitos brillantes, absorbido por la belleza de Viena a través de la ventana.

Las luces de la ciudad y los adornos festivos iluminaban el rostro de Jaewon, quien de vez en cuando volvía la mirada hacia ellos con una sonrisa resplandeciente. Era una escena que Taehyung quería guardar en su corazón para siempre, una instantánea de felicidad pura que aliviaba cualquier rastro de fatiga del viaje.

—¿Creen que Santa Claus quepa por esa chimenea? —señaló en su ignorancia, un pequeño horno de uno de los restaurantes de la ciudad.

El amor y el asombro de Jaewon eran un recordatorio para Taehyung de la belleza en las cosas sencillas de la vida. En medio del bullicio de la ciudad y el frío del invierno, la mirada inocente de su hijo desataba una sensación de paz y gratitud que envolvía su corazón.

𝟑𝟎 𝐃𝐈𝐀𝐒 𝐂𝐎𝐍 𝐌𝐈 𝐄𝐗 | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora