Capítulo 5

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¿Cómo puede venir, provocarme esas sensaciones y dejarme con ganas? ¡Es un idiota!

<<Un idiota del cual estás enamorada>> susurro una voz en mi cabeza.

Salí y tome un taxi, estaba completamente furiosa, más conmigo que con él. Tenía que ver a Cristian, el taxista me llevo a su casa. Baje y toque la puerta.

-¿Por qué demonios te marchaste? –dije tan pronto abrió la puerta, entre a su casa sin invitación y cuando cerró la puerta comencé a darle manotazos, claro que no logre hacerle nada.

-¡Basta! Kate, ¿qué te pasa?

-Eso mismo me preguntó yo ¿qué te pasa?

-A mí nada.

-¿Por qué me dejaste con ese idiota? –Comenzó a reírse- ¿Qué es lo que te da tanta gracia?

-¡Tú! Tal parece estabas muy bien en manos de ese "idiota".

-Mierda, Cristian... ¿Sabes qué me dijo?

-No, ¿qué?

-Me propuso que fuera su amante, ¿puedes creerlo? ¡¡SU AMANTE!!

-¡¿Qué?! ¿Qué respondiste?

-Nada, se atrevió a dejarme ahí... al igual que tú –de nuevo volví a soltarle manotazos y uno que otro golpe con el puño cerrado.

-De haber sabido eso jamás me hubiera marchado.

-¡Idiota!

-Tranquila nena, te lo recompensaré.

-No, no quiero que me lo recompenses –lo mire sombríamente y le di un golpe más- . Será mejor que me marche, luego hablamos.

Salí de su casa un poco molesta, para cuando llegue a casa ya estaba más tranquila y ver a Federico me tranquilizó aún más.

-¿Qué tal tu noche?

-Del asco, ¿y tú?

-Mmm sin novedad, ¿qué te pasó?

-Nada grave Fede, estoy cansada, buenas noches –bese su mejilla y subí a mi habitación, no dejaba de darle vueltas a la preposición de Sebastián, para mañana ya tendría las cosas claras.

Al día siguiente me desperté al medio día, baje y Federico no estaba, busque cereal y me fui directo a la sala a ver televisión, disfrutaba de mi cereal cuando tocaron la puerta. Me levante y abrí.

-¿Qué hace aquí?

-Por favor déjame hablar contigo –dijo ese señor, me sentí de tan buen humor que lo deje pasar.

-¿Quiere algo de tomar?

-No, gracias hija.

-¿Y bien? –me senté en el sofá y él hizo lo mismo.

-Quiero que me dejes pasar tiempo contigo, que me dejes conocerte y...

-¿Recuperar el tiempo perdido? ¿Qué lo llame papá y haga como que no ocurrió nada?

-No exactamente así, sólo quiero que me permitas ser parte de tu vida.

-Eso debió pensarlo antes de abandonar a Mel –dije y me puse de pie, me dirigí hacia la puerta, no podía seguir escuchando más- , le pido que se retire y no vuelva por favor.

Él se levantó y se marchó sin decir nada, cerré la puerta y me recargue en ella, esas palabras me habían dejado agotada mentalmente, así que subí a mi habitación y me di un baño.

Estaba peinándome cuando tocaron la puerta, rogué porque no fuera ese señor nuevamente, baje apresurada y abrir, mi sorpresa fue cuando me encontré con esa mirada grisácea que me derretía.

UN FRÍO CORAZÓN LLENO DE AMOR!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora