Capítulo 3

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Sonó el timbre de la puerta y me levante a abrir, era Carol.

-¿Qué tienes? –Preguntó al ver mi rostro- Estás hecho un desastre.

-¡Vaya! Cuando uno te busca no estás y cuando apareces sales con comentarios no muy agradables –dije con una sonrisa al ver a mi amiga.

-¡Perdón! ¿Me vas a dejar entrar?

-Claro, pasa. Tenemos mucho de qué hablar –Federico salió a saludar a Carol, luego subimos a mi habitación, donde podríamos hablar sin ser interrumpidas, una vez adentro, cerré la puerta con seguro y nos dejamos caer en el suelo, como solíamos hacer de pequeñas.

-Suéltalo Kate, ¿Qué ha pasado? -respire profundamente y le solté la sopa, cada detalle de lo sucedido, ella no creía todo lo que le contaba, se quedaba con los ojos bien abiertos, y más cuando le conté lo que paso con Sebastián.

-Lo que más te ha afectado fue lo que paso con tu galán, ¿cierto?

-Que comentario más estúpido Carol –reí tanto con su comentario, agradecía tanto tenerla ahí, siempre me alegraba el día.

-Te conozco Kate…

Observe a mi amiga, me puso a pensar un poco sobre Sebastián y el sólo considerar lo que ella decía me hacía reír.

-A mí no me afecta toda esa mierda del amor y lo sabes, es una estupidez, decir… -me quede sin palabras, ¿Qué me estaba pasando?

-¿Decir…?

 -Vayamos al centro, a ver si así dejas de decir babosada y media –Carol sonrió y tomo su bolsa, nos levantamos del piso y bajamos a la sala, le avise a Federico que saldríamos y nos marchamos.

Solíamos caminar por todo el centro, viendo ropa, zapatos, de todo, nos divertíamos mucho. Íbamos caminando por la plaza principal de Monclova, no teníamos prisa, nuestros pasos eran muy lentos.

-Admítelo, te está llegando el amor, Kate.

-Claro que no, no seas ridícula.

-Sólo es cuestión de que le abras la puerta y te dejes guiar por el –me detuve a observarla enojada.

-No estoy enamorada…

-¡Oh, ahí está Sebastián! –me interrumpió Carol.

-¿Qué? –seguí el rumbo de su mirada y vi a Sebastián- Es la misma chica de ayer.

Ellos sin vernos se dirigían hacia donde nos encontrábamos, en ese momento lo que menos quería era toparme con su mirada, así que me gire y justo cuando iba a caminar, la tarada de Carol dijo:

-¡Sebastián! –cerré los ojos y respire profundamente, me gire y me encontré con su mirada- Tanto tiempo sin vernos, te olvidas de tus amigas.

-Mmm –fue lo que salió de los labios de Sebastián, conocía mi nombre pero no el de mi amiga.

-No puedo creer que hasta mi nombre olvidas, soy Carol.

-¡Ah sí, Carol! Hola.

-Creo que tú y Kate tienen mucho de qué hablar… ¿Me acompañas por una nieve? –se dirigió a la acompañante de Sebastián.

-Sssi… si claro –dijo la chica.

-Carol… no –me ignoro y se fue con la chica, dejándome con Sebastián. Lo observe, gire mis ojos y me di media vuelta.

-¡Kate! –me tomo de la mano, impidiendo que me marchara.

-No tenemos nada de qué hablar.

-¿Estás celosa? –no podía creer lo que oía, me reí de su pregunta.

UN FRÍO CORAZÓN LLENO DE AMOR!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora